Científicos británicos han identificado una red de genes y de regiones reguladoras que podrían contribuir al riesgo de desarrollar diabetes tipo 1. Miembros del Centro de Ciencias Clínicas del Consejo de Investigación Médica de Londres han utilizado un método que proporciona nueva información sobre las causas por las que se desarrolla la diabetes tipo 1.
También llamada diabetes juvenil o insulino-dependiente, es una enfermedad que se diagnostica con mayor frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes. Es una afección crónica que ocurre cuando el páncreas no produce suficiente insulina para controlar los niveles de glucemia y provoca la acumulación de glucosa en el torrente sanguíneo. En un periodo de 5 a 10 años, las células beta del páncreas están destruidas y el cuerpo no puede producir esta hormona.
En el estudio, los científicos han combinado diversos métodos genéticos para desvelar regiones de ADN que controlan una serie de genes asociados a T1D, el factor 7 regulador de interferon (IRF7), que dirige la red inflamatoria. En T1D también está implicado el mecanismo de respuesta viral innata y las células inmunes denominadas macrófagos. Mediante el éxito obtenido en la combinación de redes de genes y variaciones en la secuencia de ADN, los investigadores han podido saber que las regiones que perturban las redes biológicas pueden afectar al riesgo de padecer la enfermedad.