La Asociación Ecologista Gallega (Adega) advierte de que todavía queda una «cantidad tremenda» de fuel en todas las áreas rocosas que fueron afectadas por el vertido del «Prestige», cuando el próximo 13 de noviembre se cumple el segundo aniversario del accidente del petrolero. Aunque se ha realizado un trabajo importante para retirar el fuel, todavía quedan «muchísimas zonas con chapapote», afirma Xavier Vázquez, responsable de Biodiversidad de Adega.
Según Vázquez, existe «contaminación dispersa» en muchos puntos, particularmente en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en la zona de Corrubedo y, de forma muy especial, en la llamada Costa da Morte. «Ahí está la situación más grave, junto con las islas Cíes y Ons», señala el ecologista, quien recuerda que aún hay gente trabajando en la retirada del hidrocarburo que vertió el petrolero. «Eso es indicativo de que pasa algo», añade.
Greenpeace, por su parte, denuncia la falta de información oficial existente en general sobre el impacto del hundimiento del «Prestige». «Estamos a la espera de que se hagan públicos los informes sobre los recursos, porque lo único que sabemos es por los datos de las cofradías, que indican que algunas especies parecen estar afectadas», señala la organización ecologista.
En este sentido, el responsable de Adega apunta que el vertido ha provocado una «reducción» importante de muchas especies. «Pero lo más grave no es la mortalidad directa de las especies, sino la que se produce por causas indirectas, como consecuencia de alteraciones en la reproducción y que llevan a la pérdida de fertilidad», explica Vázquez.
Sin respuesta
Por su parte, el portavoz de Océanos de Greenpeace, Sebastián Losada, insiste en que dos años después «las cosas no han cambiado en absoluto», y recuerda que «lo único que se ha cumplido» hasta ahora es la extracción del fuel del petrolero.
Coincidiendo con los 500 días del naufragio, este colectivo remitió una carta al Ejecutivo, de la que todavía no ha recibido respuesta, en la que le recomendaba que tomara una serie de medidas para paliar las consecuencias de la catástrofe.
En el escrito se defendía, según Losada, la aprobación de un nuevo régimen de responsabilidad en caso de que se produjera otro accidente, de forma que si volviera a suceder algo similar, la industria petrolera tuviera que pagar los costes del siniestro, así como la creación de una comisión de seguimiento que incluyera la participación de todos los agentes implicados.
«Seguimos sin un cambio de régimen de responsabilidad, o sea que para la industria petrolera sigue siendo igual de barato contaminar; es un poco más caro, porque se ha elevado el fondo de compensación, pero no ha variado significativamente el tema», concluye Losada.