La plaga de medusas del Mediterráneo está empezando a afectar a industrias importantes para la economía española como son el turismo y la pesca. Desde la organización Ecologistas en Acción afirman que la única forma de detener a estos gelatinosos organismos es recuperando el equilibrio en nuestros mares.
Según los ecologistas, la proliferación de medusas se debe a la suma de una serie de factores, de los que el ser humano «es el principal responsable por las alteraciones que con sus actividades ha provocado en el ecosistema marino».
«Se ha roto la cadena trófica. Estamos exterminando a los principales predadores de las medusas: el atún, pez espada, pez luna, la tortuga marina, etcétera, que ingieren grandes cantidades de medusas. La población de atún rojo ha disminuido en un 80% y a pesar de que la tortuga marina es una especie protegida se pesca de forma accidental, sólo en la costa mediterránea más de 25.000 al año», explica la organización conservacionista.
Además, apunta que la creciente urbanización de las zonas costeras ha provocado un vertido continuo de aguas residuales al mar, que unido a los nitratos procedentes de la agricultura intensiva son un caldo de cultivo perfecto para el plancton del que se alimentan las medusas. También el aumento de la temperatura, debido al cambio climático, ha contribuido a la proliferación de medusas, ya que el calor hace que encuentren cada vez más zonas aptas para reproducirse, acelerando dicho proceso biológico.
Ecologistas insiste en que la solución a este problema pasa por recuperar el equilibrio en el ecosistema marino, reduciendo las emisiones de dióxido de carbono (CO2), depurando las aguas residuales, llevando a cabo una agricultura de menor impacto ambiental y poniendo en marcha programas pesqueros sostenibles, con moratorias en las capturas de atún rojo y otras especies.