El certificado LEED reúne un conjunto de estándares que permiten evaluar el grado de sostenibilidad de un inmueble. Las viviendas, oficinas, restaurantes o supermercados con este certificado son cada vez más numerosos, sobre todo en Estados Unidos (EE.UU.), origen del sistema. El Consejo de Edificios Verdes de este país (USGBC en sus siglas en inglés), creador del certificado en 1998, asegura que abarcan más de 14.000 proyectos en una treintena de países de todo el mundo, entre ellos España.
Cómo mejoran los edificios
El sistema LEED, acrónimo en inglés de “Liderazgo en Diseño Energético y Ambiental”, evalúa el acabado de un edificio según seis criterios principales: sostenibilidad, eficiencia en el aprovechamiento del agua, energía e impacto atmosférico, materiales y recursos empleados, calidad del ambiente interior e innovación y proceso de diseño. El uso eficiente de la energía es el valor que más puntúa.
En virtud de la calificación obtenida, el edificio se encuadra en uno de los cuatro niveles LEED: desde el certificado básico, que se consigue con la mínima puntuación, hasta llegar al nivel de plata, oro y platino, la máxima calificación.
Un edificio LEED reduce entre el 30% y el 70% el consumo de energía de uno convencional
Según el tipo de certificado LEED logrado, un edificio reduce entre el 30% y el 70% de energía de uno convencional, del 30% al 50% de agua, entre el 50% y el 90% del coste de los residuos, y el 35% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Los edificios LEED ofrecen, según el USGBC, entornos más saludables que mejoran la calidad de vida y la productividad. Estos expertos han elaborado una larga lista de beneficios tras la aplicación de este certificado, como la mejora de la calidad del aire y del agua o la reducción de los desechos sólidos.
Los costes de construcción y diseño suelen incrementarse con este certificado. Un edificio con nivel plata puede aumentar su presupuesto total en más de un 1,8%. Entre las razones de este sobrecoste, el USGBC indica que los constructores y diseñadores no suelen dominar las técnicas sostenibles, por lo que necesitan tiempo y esfuerzo para asimilarlas. Otro problema común es la falta de materiales y equipamientos específicos necesarios. El proceso de calificación LEED supone, además, un gasto en si mismo.
Pero el esfuerzo inicial merece la pena. Los miembros del USGBC aseguran que el ahorro que supone amortiza los gastos a partir del tercer año, sin olvidar las mejoras en la calidad de vida. En algunos casos, afirman, el coste ha sido similar al de un inmueble convencional. A medida que estos sistemas de construcción ecológica se generalicen, razonan estos expertos, sus costes se reducirán.
Edificios con certificado LEED
Los inmuebles con certificado LEED son cada vez más numerosos y variados, sobre todo en EE.UU., origen del sistema. Desde el año 2000, los miembros del USGBC se han cuadruplicado, con unas 20.000 organizaciones de todo tipo. Varios estados y ciudades, como Cincinnati, Nevada o Michigan, incluso han implantado programas para incentivar su adopción. En ellos se incluyen créditos ventajosos, reducción de impuestos o ayudas para la asistencia técnica.
Varios estados y ciudades de EE.UU. han implantado programas para incentivar su adopción
La empresa de supermercados Hannaford ha logrado para uno de sus establecimientos, en el estado de Maine, el certificado LEED Platino. Según sus responsables, es el primero en EE.UU. en lograrlo, gracias entre otras cuestiones a su sistema de refrigeración que utiliza la mitad de gas que uno convencional, a la tecnología de conservación de energía de sus neveras, o al sistema geotérmico para regular la temperatura del edificio. El supermercado ahorrará así un 50% de energía.
España también cuenta con destacados edificios con etiqueta LEED. Según la Fundación Vida Sostenible, el Parque Empresarial Alvento fue el primer inmueble de Europa en lograrlo. Otros edificios se encuentran en proceso de certificación, como las oficinas de la planta 24 de Torre Picasso y el parque empresarial Las Rozas (Madrid); Torre Iberdrola (Bilbao); o el parque tecnológico Palmas Altas (Sevilla).
Críticas al certificado
Algunos expertos recuerdan los puntos débiles de este sistema de evaluación. La Sociedad Americana de Acústica asegura que el estándar valora el aislamiento del ruido en hospitales y escuelas, pero no en el resto de edificaciones.
Donovan Rypkema, experto en regeneración de inmuebles históricos, asevera que se ha convertido en una excusa para demoler buenos edificios antiguos en términos de eficiencia energética y sustituirlos por casas nuevas con costosas tecnologías “verdes”.
Algunas de estas casas dan más valor a la imagen “moderna” y “verde” que ofrecen
Los responsables del certificado subrayan la evolución del mismo y la introducción constante de nuevas mejoras para resolver fallos anteriores. Hay diferentes versiones para calificar a los diferentes tipos de edificios, desde el más común, el LEED 2009, hasta el LEED v2.2, para nuevas construcciones y renovaciones importantes en edificios comerciales. En breve se espera poner en marcha el LEED-NC 3.0, que incluirá el concepto de huella de carbono para reducir la emisión de gases de efecto invernadero más allá de un nivel básico. Desde 2008, el Green Building Certification Institute acredita a los profesionales que quieran convertirse en evaluadores oficiales LEED.