El 44,8% de los 829 incendios forestales producidos y esclarecidos por la Guardia Civil desde el 1 de junio pasado, cuando se activó el Plan Especial de Prevención de Incendios, hasta el pasado lunes se debieron a negligencias (247) o fueron intencionados (125); en tanto que el 27,74% (230) fueron por accidentes y el 27,28% (227) por causas naturales.
El instituto armado ha detenido hasta el momento a 99 personas relacionadas con los fuegos. Más de la mitad de los arrestos fueron en Andalucía y Galicia, con 26 y 25, respectivamente.
Entre los 247 siniestros atribuidos a negligencias, 79 fueron por quemas agrícolas y 52 los originaron fumadores; y de los 125 intencionados, 26 se debieron a pirómanos, 15 por venganza y seis por conflictos cinegéticos.
En los más de dos meses transcurridos desde la puesta en marcha del citado plan, que concluye el 30 de septiembre, los agentes de la Guardia Civil han recibido 1.279 denuncias y han atendido 1.845 incendios en el territorio nacional, con Andalucía, Castilla y León y Galicia a la cabeza (346, 325 y 312, respectivamente). El fuego ha causado en este periodo 17 muertes y ha obligado a evacuar a 2.786 personas y 750 viviendas.
El Plan de Prevención de Incendios Forestales contempla una serie de normas básicas de actuación. Así, si se detecta el inicio de un fuego, se puede intentar sofocarlo con agua o tierra sobre la base de las llamas o golpeando con una rama verde de árbol. Si transcurre más de un minuto y el fuego no ha podido ser apagado, es preciso llamar inmediatamente a los bomberos o autoridades más cercanas. Para reducir los efectos del humo, se debe respirar con nariz y boca tapadas con un pañuelo húmedo. Si el fuego se desplaza muy deprisa ladera arriba, para escapar se debe ir ladera abajo y contra el viento. En caso de quedar rodeados, hay que situarse en zonas que hayan sido quemadas.