El aumento de vertidos provenientes de poblaciones humanas y el exceso de Nitrógeno en las aguas, en detrimento del fósforo, son algunas de las causas que explicarían la proliferación de «mareas rojas», o el afloramiento de microalgas tóxicas de color rojizo, detectada en casi todos los litorales el mundo en las últimas décadas.
Estas son algunas de las hipótesis que se barajan en un proyecto financiado por la Fundación Marcelino Botín de Santander sobre el estudio genético de estos microorganismos y en el que se pone de manifiesto que la influencia humana en la producción de estas mareas es «muy grande».
Martínez, que precisó que lo que vulgarmente se conoce como «mareas rojas» no lo son realmente, sino que se trata de una proliferación desmesurada de este tipo de algas, señaló que la dispersión de este fenómeno por todo el mundo hace pensar que, además de causas naturales, existen otros muchos factores que lo alientan, entre los que destacó el exceso de Nitrógeno en las aguas provocado por el vertido de fertilizantes y las aguas residuales de los núcleos de población.
Explicó en este sentido que al aumentar los vertidos en Nitrógeno y Fósforo también lo hacen estas microalgas, hipótesis que se complementa con la que apunta a que al haberse reducido en los últimos años las cargas de fósforo, pero no las de nitrógeno, también se ha favorecido su proliferación. «Se piensa que las alteraciones entre nitrógeno y fósforo hacen que una misma alga produzca más o menos cantidad de toxina; de hecho, se ha verificado que cuando poseen más nitrógeno se desarrolla más la toxina», apuntó.