La revista «Nature» ha publicado un estudio que mantiene que el calentamiento global del planeta puede reducir la cantidad de fitoplancton en las aguas, lo que tras afectar a la cadena alimenticia podría plantear una amenaza a la subsistencia de la vida marina.
Las altas temperaturas tienen el efecto de limitar el crecimiento de esas plantas microscópicas que abundan en los océanos y alimentan a miles de pequeñas criaturas que, a su vez, son el alimento de otras más grandes, según se asegura en la investigación, realizada por científicos de la Universidad de Oregon (Estados Unidos), que advierten también de que al ser responsable de casi la mitad de la fotosíntesis que sucede en la Tierra, una reducción del fitoplancton resultaría en menos procesamiento de dióxido de carbono y, potencialmente, en un incremento de gases nocivos en la atmósfera.
Esta conexión entre altas temperaturas y crecimiento del fitoplancton se estableció al examinar datos captados por satélite a lo largo un periodo de 10 años. El satélite SEaWiFS de la NASA, que evalúa los cambios en el color de los océanos, reveló un incremento de fitoplancton durante un periodo de temperaturas más frías entre 1997 y 1999, resultado del fenómeno oceánico El Niño. En contraposición, los niveles de fitoplancton cayeron durante una fase de temperaturas cálidas que empezó en el año 2000 y aún perdura.
Las pruebas indican, en general, que «la productividad en los océanos decrece cuando el clima es más cálido», señaló el profesor Michael Behrenfeld, director del estudio. «Hay una relación inversa entre el aumento de las temperaturas y la disminución de producción de fitoplancton», aseguró el experto. Si se reducen los niveles de fitoplancton en los océanos, habrá menos absorción de dióxido de carbono, lo que empeoraría la situación en la atmósfera, apuntó el investigador.