Las alteraciones en la población de fitoplancton en el oeste de la Península Antártica y el rápido cambio climático que se vive en la zona guardan relación directa, según el descubrimiento de un grupo de científicos, que afirman además que todo ello afectará a los pingüinos que habitan allí.
«Es la primera vez que se demuestra que hay un cambio en la concentración y composición de fitoplancton en la plataforma oeste de la Península Antártica asociada directamente con el cambio climático a largo plazo», explicó el argentino Martín Montes Hugo, de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey), que lidera junto a otros expertos de distintos centros de investigación estadounidenses el equipo que ha llegado a este descubrimiento, que va a ser publicado en la revista «Science».
Los niveles de fitoplancton acumulados en la plataforma oeste de la Península Antártica se han reducido un 12% en los últimos 30 años, según defendió Montes Hugo, que apuntó que tanto la composición como la concentración de fitoplancton, la base de la cadena alimentaria de los seres vivos de la zona, «está cambiando a lo largo de la plataforma oeste en función de la latitud». «Es como si se estuviera desplazando hacia el sur debido a los cambios climáticos». El investigador añadió que esas alteraciones podrían explicar en parte el descenso observado en la población de algunas especies de pingüinos.
Distribución
Estos científicos han descubierto que a medida que el frío y seco clima de esa parte de la Tierra se calienta y se hace más húmedo, el fitoplancton va desapareciendo de la zona norte y va aumentando al sur. «Hemos observado cambios muy importantes en la distribución de pigmentos del fitoplancton en los últimos 30 años. Nuestro estudio muestra evidencias basadas en observaciones de satélite y se confirma con datos ‘in situ’ obtenidos desde barcos», explicó Montes Hugo.
«El fitoplancton es la base de la cadena trófica, por lo que todo organismo heterótrofo -el que necesita de otros seres vivos para alimentarse, porque no puede elaborar su propia materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas- se ve impactado por estos cambios», señaló el investigador.
Todo ello supone que, por ejemplo, algunas especies de pingüinos como el Adelia, cuyo estilo de vida requiere un clima antártico, están viendo cómo su alimento básico, el krill, se encuentra cada vez más al sur, por lo que su población en el norte ha descendido drásticamente en los últimos años.