Si el cambio climático avanza al mismo ritmo que hasta ahora, los ataques a humanos de osos polares podrían incrementarse. Esta es la conclusión de un estudio elaborado por la universidad canadiense de York, que ha analizado las consecuencias del proceso de calentamiento global. El informe asegura que un incremento continuado de las temperaturas contribuiría a un mayor deshielo, lo que provocaría la desaparición de algunas especies polares que sirven de alimento a los osos.
En esta situación, el hambre llevará a los osos a adentrarse en las regiones cercanas en busca de alimento. Este estrés nutritivo es el que fundamentaría el incremento del número de ataques a seres humanos. El responsable de la investigación, Gregory Thiemann, ha explicado que pese a que los osos están acostumbrados a no comer nada durante meses, se vuelven más violentos a medida que estos periodos de deshielo se prolongan más.
Thiemann asegura que el oso polar es una de las especies más voraces que existen en el planeta. Posee un gran instinto de supervivencia que le lleva a atacar incluso a grandes mamíferos como focas, morsas y ballenas.
Esta necesidad de alimento le ha llevado en ocasiones aisladas a protagonizar ataques a seres humanos en todas las naciones árticas donde está presente: Rusia, Alaska, Canadá, Groenlandia y Noruega. Precisamente, en este último país se ha registrado el último incidente, que se saldó con la muerte de un adolescente británico y cuatro personas heridas.