El área mediterránea «podría desertificarse» en los próximos años a consecuencia del cambio climático, que también cambiará la distribución de la fauna y la flora peninsular, explicó ayer Juan José Sanz, investigador del Museo de Ciencias Naturales, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Sanz, que participa en el ciclo de conferencias Biodiversidad y Conservación organizado por la Fundación BBVA y CSIC con la ponencia Consecuencias ecológicas del cambio climático, explicó que «desde 1950, se observan cambios en las fechas en las cuales se producen los eventos».
La primavera, aclaró este doctor en Ciencias Biológicas, se está adelantando, y con ella «la producción de las hojas y de las flores de árboles y plantas». «Estas especies, al tener un periodo de actividad más largo necesitan más agua, y por ello los recursos hídricos que usan las plantas es mayor, así como la absorción de carbono y otros nutrientes del suelo», aseguró Sanz.
Como se espera que las temperaturas suban, las precipitaciones disminuyan y los fenómenos como tormentas y lluvias torrenciales sucedan con más frecuencia en los próximos años, «esto va a ir desertificando determinadas zonas, sobre todo el Mediterráneo», que es donde estos hechos sucederán con mayor intensidad, añadió.
Además, la mayoría de los animales y las plantas dependen de la temperatura y de las precipitaciones y, a causa de estos cambios, determinadas especies pueden desaparecer de unas zonas y colonizar otras, observó el científico. Agregó que no todas las especies responden de la misma manera al aumento de las temperaturas, por lo que se producen «desacoples» en los ciclos dentro del ecosistema. La aparición de los insectos, dijo Sanz, también se ha adelantado con el cambio climático, mientras que la llegada de las aves se ha retrasado, porque «también está pasando algo en África». Cuando los pájaros llegan «se encuentran con menos alimento», lo que afecta a su «éxito reproductivo», y los insectos «pueden producir pestes» porque hay menos depredadores que controlen su población, aclaró.
«Las predicciones estiman que en este siglo la temperatura aumentará tres grados, por lo que se producirán desacoples aún mayores que provocarán extinciones locales de algunas especies», agregó este investigador. Los desajustes afectarán también a las pesquerías, sobre todo en el Mediterráneo, ya que a causa del calentamiento del agua «están apareciendo especies de aguas más cálidas».