En el marco de la celebración de la I Semana de la Ciencia que celebra la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir», el director del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), Millán Millán, ha asegurado que el cambio climático previsto para dentro de 50 años «es ya una realidad en el Mediterráneo».
Este verano la zona ha sufrido un «notable» descenso de las tormentas de verano, tanto en las costas como en el interior, y un aumento de las precipitaciones en forma de gota fría. Según ha explicado Millán, las precipitaciones en el Mediterráneo están controladas por el ascenso del aire marino sobre las cordilleras costeras lo que, normalmente, debería generar lluvias veraniegas en forma de tormenta.
Por el contrario «los cambios en el uso del suelo, así como la emisión de gases contaminantes están modificando los patrones de lluvia». Las masas de aire no descargan su humedad como precipitaciones en tierra, lo cual provoca que el vapor en cuestión se desplace hacia el Mediterráneo por las capas estratificadas, donde se acumula y aumenta el efecto invernadero. Concretamente tiene una capacidad para generar gas invernadero «47 veces superior al nocivo CO2», según ha declarado el responsable del CEAM.
Cuando estas masas de aire cálido y húmedo se encuentran con frentes fríos se produce la gota fría. Ésta se manifiesta más insistentemente en la Comunidad Valenciana. El director del CEAM ha declarado además que se trata de un proceso que se ha vuelto cíclico y que la desertización y la contaminación atmosférica generan la desaparición de tormentas de verano e intensificación de la gota fría, que erosionan y provocan «más aún» la desertización.
Investigaciones
Varias investigaciones que presentó Millán apuntan a la «importancia» de los procesos de cambio climático en el Mediterráneo occidental, así como la que los procesos climáticos regionales tienen en la geografía mediterránea más cercana, pero también en el clima global.
Asimismo mostró los resultados de otro estudio sobre la implicación del cambio climático en el Mediterráneo a escala global. El presidente del CEAM destacó que han demostrado que «ha sido la causa de las recientes inundaciones catastróficas en el centro de Europa, y afecta también a la formación de los frentes ciclónicos y las precipitaciones en el Atlántico».
Disminuir gases contaminantes
Minimizar «la emisión de gases contaminantes» es una de las posibles soluciones para paliar las consecuencias de este problema, para lo cual, según Millán, es necesario conservar la capa vegetal, pues resulta «fundamental» para lograr que las nubes se formen a cotas inferiores a las cordilleras y llueva.
En este sentido, destacó que para ello hay que hacer especial hincapié en la conservación de las zonas verdes, la reforestación, e incluso la protección medioambiental de pequeñas cuencas mediterráneas que puedan generar lluvia.