Aún es pronto, porque las tecnologías para lograrlo están en fase experimental, pero todo indica que así será. Los ecologistas creen que la idea implica más CO2, un almacenamiento inseguro y una disminución de inversiones en energías renovables. Lo cual es importante porque el éxito final de estas tecnologías va a depender en parte de la opinión pública.
De ahí que la Plataforma Tecnológica Española para la captura del CO2, que integra a empresas, centros de investigación y universidades, tenga entre sus objetivos llegar también a sindicatos y ecologistas. El carbón limpio será, cuando exista, carbón al que se le ha capturado el CO2, el dióxido de carbono, evitando así su vertido a la atmósfera. Y es que el CO2 es el principal gas causante del efecto invernadero y por tanto del muy temido y nombrado cambio climático. Sólo en esto, en la crucial importancia de hacer frente a ese desastre ambiental, hay acuerdo.
Capturar el CO2 no es la panacea sino un medio más, que aprovecha un recurso abundante, bien distribuido y relativamente barato, como el carbón, sin dañar la atmósfera.