El Reino Unido está luchando a contrarreloj para evitar que el carguero «MSC Napoli», encallado frente a la costa de Devon (suroeste de Inglaterra), provoque un desastre ecológico de grandes dimensiones.
El barco, que pertenece a la Swiss Mediterranean Shipping Company, ha perdido ya 200 de los más de 2.000 contenedores que llevaba a bordo en el momento del accidente, algunos con sustancias químicas tóxicas, y unas 200 toneladas de petróleo han escapado de un depósito de combustible agujereado.
El carguero, que ya sufrió un accidente en Vietnam, en cuyas aguas encalló en 2001, presentaba daños estructurales en forma de fracturas en ambos costados, por lo que las autoridades británicas decidieron remolcarlo hasta la bahía de Lyme para impedir que se hundiera en aguas profundas y pudiera causar mayores daños.
«El plan ahora es estabilizarlo, extraer luego el combustible, acto seguido los contenedores y, finalmente, llevarnos el barco a otro lugar», ha dicho Robin Middledon, Jefe de Salvamento del Ministerio británico de Transportes. Pero la guardia costera teme que el buque pueda hundirse en cualquier momento.
Mientras tanto se han colocado barreras flotantes en las desembocaduras de los ríos próximos para proteger la fauna y la flora, aunque ya han aparecido algunas aves contaminadas.
Los 26 tripulantes del «MSC Napoli» fueron rescatados el jueves con la ayuda de helicópteros, después de que se inundara la sala de máquinas y el barco comenzara a escorarse peligrosamente en medio de una fuerte borrasca.