El Instituto Pirenaico de Ecología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha elaborado un catálogo con las casi 700 especies de musgos (briofitos) que existen en Aragón. Entre otros datos, el listado incluye su biología, la historia de su estudio, su hábitat, su abundancia y su morfología. El organismo público de investigación ha informado de que esta base de datos puede consultarse in Internet.
Los musgos desempeñan importantes funciones ecológicas, como crear suelo al colonizar superficies rocosas desnudas, formar el mantillo humífero de los bosques, retener grandes volúmenes de agua y cobijar a multitud de pequeños seres esenciales para la biología del suelo. A este respecto, la brióloga del CSIC Marta Infante, responsable de la elaboración del catálogo, incidió en que «el papel que juega el musgo hace que su recolección, sobre todo en épocas navideñas, suponga un daño ecológico y un empobrecimiento de la diversidad biológica de un lugar».
«En la mayoría de las especies, el crecimiento es bastante lento y pueden pasar más de 15 años para que una piedra vuelva a tener el recubrimiento muscinal que se le quitó», señaló Patxi Heras, briólogo del mismo instituto aragonés del CSIC. Por ello, «se debe tener cuidado cuando se adquiere musgo natural para los belenes en los comercios y ferias navideñas, y comprobar que no se ha recogido de forma abusiva, casi industrial», añadió. Si se quiere adornar los belenes con musgo natural, los investigadores del CSIC recomiendan recogerlo directamente del campo, en pequeñas cantidades y de varios sitios, «para evitar llevarse tapices y dejar el suelo desnudo».
Además, «es muy importante no tirarlo a la basura tras las navidades, sino reutilizarlo». Si se seca bien, se guarda en una bolsa de plástico y se protege del polvo y la luz, el musgo se puede usar cada Navidad a lo largo de décadas, aseguró Heras.