Los gorilas de llanura del noroeste del Congo están muriendo por una epidemia de fiebre hemorrágica de Ébola que podría, si sigue extendiéndose, ser fatal para esta especie protegida, advierten científicos que trabajan en la región, entre ellos la española Magdalena Bermejo, que acaba de volver de una misión en Lossi, parque natural de 320 kilómetros situado en Congo-Brazzaville, cerca de la frontera con Gabón.
De los 800 gorilas censados en Lossi, 500, es decir dos tercios, han muerto de fiebre de Ébola en sólo cinco meses, indica la científica de la Universidad de Barcelona. Y la epidemia, que ya mató asimismo a 67 personas en la región, parece dirigirse hacia el parque nacional de Odzala, en el que se registra la mayor densidad de gorilas de llanura de África.
Desde hace nueve años, Magdalena Bermejo estudia los gorilas de Lossi. La primatóloga española contribuyó a la creación en 2001 de un sitio de turismo ecológico administrado por Ecofac, un programa regional de conservación de los bosques tropicales financiado por la Unión Europea (UE).
La epidemia actual se declaró en cinco focos diferentes, según se desprende del análisis de los cadáveres. La selva ecuatorial del Congo-Brazzaville y del vecino Gabón alberga el 80% de los gorilas de llanura del planeta, es decir unos 75.000 individuos, lo que hace que estos dos países sean «puntos claves para la supervivencia de la especie», afirma Bermejo.
Los científicos han detectado además que los chimpancés son víctimas también del Ébola. Actualmente se están realizando estudios para determinar en qué proporción, «probablemente similar» a la de los gorilas, según Bermejo.
Por su parte, Conrad Aveling, de la célula de coordinación Ecofac de Gabón, advierte de que este virus podría hacer desaparecer la población de grandes simios en África central. No obstante, aclara que «el virus solo no acarreará la desaparición total, pero existe el riesgo si una especie ya reducida por la enfermedad es sometida a otras presiones, como la caza».
Los hombres contraen el Ébola por el contacto con los simios, encontrados muertos o cazados, contagiándose después de una persona a otra. Sin embargo, la experta española considera que, en el caso de los simios, «la contaminación de gorila a gorila no puede explicar una propagación tan rápida», ya que la especie vive en pequeños grupos que se cruzan poco entre ellos, y que hay que buscarla más bien en la especie que sirve de «reserva» al Ébola, un organismo portador sano aún no identificado, probablemente un pequeño mamífero, que transmite el virus a los simios.