A lo largo de la última década se han descubierto más de mil especies nuevas en la región del Gran Mekong, en el sudeste de Asia, según un informe dado a conocer por WWF. El estudio recomienda que se proteja urgentemente esta biodiversidad con un acuerdo conjunto entre todos los gobiernos implicados.
Los descubrimientos destacados en este informe, titulado «Primer contacto en el Gran Mekong», incluyen 519 especies de plantas, 279 de peces, 88 de ranas, otras 88 de arañas, 46 de lagartos, 22 de serpientes, 15 de mamíferos, cuatro de aves, cuatro de tortugas, dos de salamandras y un sapo. La región comprende seis países por los cuales discurre el río Mekong (Camboya, Laos, Myanmar, Tailandia, Vietnam y la provincia de Yunnan, al sur de China).
«La situación no puede ser mejor», señaló Stuart Chapman, director del programa del Gran Mekong de WWF. «Pensábamos que los descubrimientos a esta escala se limitaban a los libros de historia. Esto reafirma que el Gran Mekong ocupa un lugar en el mapa de las prioridades de conservación», aseguró. «No sabemos cuánto queda por descubrir en esta región», apuntó Chapman.
Amenazas
Sin embargo, esta biodiversidad tan poco conocida se enfrenta a una presión sin precedentes. Para los científicos, esto significa que casi cada estudio de campo produce nueva diversidad, «pero documentarla es una carrera contra el tiempo», señaló Raoul Bain, especialista en Biodiversidad del Museo Americano de Historia Natural. Por ello, el informe recomienda que se proteja urgentemente la biodiversidad de esta región mediante un acuerdo formal y transfronterizo entre los gobiernos del Gran Mekong.
El estudio refuerza además la idea de que el desarrollo económico y la protección ambiental deben ir mano a mano con el mantenimiento del modo de vida y con la paliación de la pobreza. De este modo se asegurará la supervivencia de esta «colección sorprendente de especies» y de sus hábitats naturales.
