El litoral mediterráneo español es la zona más vulnerable a los efectos del cambio climático sobre sus recursos de agua y su actividad turística, sobre todo en las zonas situadas al sur. La información se desprende de las conclusiones preliminares de un proyecto de investigación en el que participan varias universidades españolas y que revela la exposición de la provincia de Alicante a importantes impactos debido a esta causa.
Este trabajo se desarrolla en el marco un proyecto de ámbito europeo denominado ESPON-Climate, que cuenta con la participación de la Universidad de Barcelona, la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de Alicante. En el proyecto participan centros científicos de numerosos países, cuyo objetivo es analizar los efectos del cambio climático sobre las economías regionales y locales del espacio geográfico europeo.
Los estudios parten de las previsiones de que las temperaturas promedio en la cuenca del Mediterráneo pueden aumentar de forma considerable durante el siglo XXI, mientras que las precipitaciones pueden disminuir. Uno de los cometidos de la investigación es evaluar la vulnerabilidad de la población a la posible escasez de agua en las zonas turísticas de la costa mediterránea española, la sensibilidad del sector turístico al cambio climático y su capacidad de respuesta.
Señalan en este informe que «en general, la vulnerabilidad tiende a aumentar de norte a sur en el litoral mediterráneo español debido al aumento de la exposición y la disminución de la capacidad de adaptación, especialmente en lo que se refiere a capacidad económica». Para el litoral de Valencia y Alicante, los autores indican que «la exposición a la escasez futura de recursos hídricos es alta y más importante cuanto más al sur de este litoral», con impactos que «pueden llegar a ser importantes». Según las mismas fuentes, la capacidad de adaptación al cambio climático es mejor en Valencia que en Alicante, donde es inferior sobre todo al tener en cuenta la menor renta per cápita.
Sin embargo, el informe apunta que esta situación se puede mejorar con mecanismos de respuesta ante la escasez de recursos de agua como la desalación y la reutilización de aguas regeneradas. Como caso extremo, el trabajo se refiere a la Costa del Sol, donde los diferentes factores se combinan hasta generar la zona española más vulnerable.