La cifra de muertos por el paso del ciclón «Nargis» sigue aumentando conforme pasan las horas. La radio estatal birmana ha elevado a 22.464 el número de fallecidos. Además, otras 41.000 personas permanecen desaparecidas, según la misma fuente.
Trabajadores de organizaciones humanitarias, por su parte, estiman que unas 50.000 personas han muerto por el ciclón y entre dos y tres millones han perdido sus casas.
Desde el tsunami que en diciembre de 2004 se cobró 230.000 vidas en el sudeste asiático, no se había producido una catástrofe natural tan grave como la que ha provocado el «Nargis» en Myanmar, la antigua Birmania.
La gravedad de la situación es tal, que la hermética junta militar que dirige Myanmar con puño de hierro desde hace 46 años -sometida además a sanciones y embargos de la ONU por sus violaciones de los derechos humanos- ha solicitado ayuda a la comunidad internacional.
Tras formarse el ciclón en la Bahía de Bengala, vientos huracanados de hasta 240 kilómetros por hora golpearon Myanmar el viernes por la noche en la desembocadura de su sagrado río Irrawaddy (Ayeyawaddy), a 220 kilómetros de Rangún, la principal ciudad del país.
La hermética junta militar que dirige Myanmar ha solicitado ayuda a la comunidad internacional
El sábado, el ciclón asoló el delta del Irrawaddy, donde se concentran la mayoría de los cultivos de arroz y en cuyas cinco regiones afectadas viven 24 de los 53 millones de habitantes de Birmania, una de las naciones más pobres y aisladas del mundo. El temporal, acompañado de un fuerte oleaje en el mar, se llevó por delante las endebles chozas de los campesinos, dejando a cientos de miles de personas sin hogar e inutilizando las ya de por sí precarias infraestructuras.
Sólo en Bogalay, en la división de Ayeyawaddy, hay más de 10.000 muertos, con otro millar más en Laputta. Ambas ciudades han desaparecido bajo las aguas, así como Gyapor. Mientras tanto, en la isla de Haing Kyi, casi 20.000 casas han quedado reducidas a ruinas, dejando en la calle a 92.706 personas.
Al haber quedado seriamente dañadas las infraestructuras, Rangún sufre cortes de luz y se han agotado las existencias de velas, que han doblado su precio al igual que la gasolina y los alimentos básicos.
Ayuda humanitaria
Naciones Unidas, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y otros países han ofrecido ayuda a Myanmar para auxiliar a las víctimas. Dos barcos de la India cargados con comida, tiendas, mantas, ropa y medicinas han zarpado hacia el país vecino. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha preparado 500 toneladas de alimentos y tiene previsto enviar más partidas.
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, ha dicho que este organismo «hará todo lo que pueda para llevar asistencia a Birmania». Según Ban, un equipo de expertos en catástrofes de esta naturaleza ya está en el país y ha comenzado a evaluar la situación.
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), por su parte, se encuentra a la espera de que se publique un listado de necesidades para colaborar en el operativo de emergencia.
La AECID está pendiente de la situación a través de la Embajada de España en Tailandia, y mantiene un contacto permanente con la Oficina de Coordinación de los Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), con el PMA y con el Servicio de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO).
Para hoy, la Agencia ha convocado una reunión de coordinación con ministerios, comunidades autónomas, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y ONG para el desarrollo especializadas en ayuda humanitaria y/o con presencia en Myanmar.
En este encuentro se pretende intercambiar información y analizar conjuntamente la respuesta española ante esta emergencia, y la coordinación de todos los actores humanitarios españoles.
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), por su parte, se ha reunido con ministerios, comunidades autónomas, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y ONG para el desarrollo especializadas en ayuda humanitaria y/o con presencia en Myanmar.
En la isla de Haing Kyi, casi 20.000 casas han quedado reducidas a ruinas, dejando en la calle a 92.706 personas
En este encuentro, se ha decidido aportar, como medida inicial, medio millón de euros al fondo dispuesto por el Programa Mundial de Alimentos para paliar las consecuencias del paso del «Nargis».
Las informaciones que proceden de la Embajada de España en Bangkok y de las ONG para el desarrollo presentes en el terreno, coinciden en que las primeras necesidades tras el paso del ciclón son de cobijo, agua potable y alimentos.
La AECID señala que organismos internacionales como Naciones Unidas o la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) están evaluando la situación en la zona para realizar una lista con las necesidades específicas de los damnificados, por lo que el operativo de emergencia puesto en marcha por España continúa activo.
Desde el primer momento, la Agencia ha estado pendiente de la emergencia a través de la Embajada en Bangkok, y está en contacto permanente con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), el PMA y el Departamento de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO).