La deforestación y la construcción de presas, entre otras actividades humanas, están causando drásticos cambios en los lagos africanos, algunos de los cuales han visto decrecer el nivel de sus aguas hasta en un metro, según revela un atlas presentado en la Conferencia Mundial de los Lagos, que se celebra en Nairobi (Kenia). Este encuentro reúne a alrededor de 500 expertos y científicos de todo el mundo para discutir modos sostenibles de gestión de las reservas de agua dulce.
En total, los 677 lagos que hay en África, según la base de datos Worldlake, contienen cerca de 30.000 kilómetros cúbicos de agua, el mayor volumen por continente del mundo. Sin embargo, la construcción de presas, la contaminación industrial, el vertido de residuos sin tratamiento y la deforestación están impactando severamente en el estado de estos ecosistemas.
Uno de los cambios más visibles se ha observado en el lago Sogor de Ghana. Mientras que en diciembre de 1990 las imágenes mostraban una masa acuática de 74 kilómetros cuadrados, las instantáneas tomadas en 2000 revelan una disminución considerable, que el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) atribuye a la producción intensiva de sal y la extracción de agua de los ríos afluentes del lago, como el Sege y el Zano.
Otro ejemplo es el Victoria, donde el nivel del agua ha disminuido en un metro en la última década, según el atlas. Situado entre Uganda, Kenia y Tanzania, este lago, origen del río Nilo, es el más grande de África y más de 30 millones de personas viven en sus orillas.
En Senegal, el área que rodea al lago Djoudi ha cambiado significativamente desde la construcción en 1986 de la presa Diama, mientras que en Kenia, el Nakuru, que acoge a millones de flamencos, también ha experimentado cambios importantes. En concreto se ha reducido entre 40 y 43 kilómetros cuadrados, debido principalmente a la intensiva deforestación en los montes circundantes.