La ley que prohíbe la caza montada del zorro en Inglaterra y Gales fue aprobada ayer por el Parlamento británico tras siete años de tramitación de diferentes proyectos legislativos y una larga jornada de disputas entre la Cámara de los Comunes y la de los Lores. La ley entrará en vigor el próximo febrero, aunque los aficionados a la caza afirman que seguirán practicándola porque están convencidos de que es una mala legislación cuyo cumplimiento no podrá ser vigilado por la policía.
En torno al castillo de Windsor, residencia de la Reina Isabel II de Inglaterra, se congregaron durante el día de ayer los partidarios de la Alianza del Campo, que ha promovido una larga campaña contra la legislación y que tiene intención de presentar ahora una denuncia contra la ley en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
El contraste entre la voluntad favorable de los Comunes, y de la mayoría de la ciudadanía británica, y la contraria de los Lores, deparó ayer una larga jornada. El Gobierno logró a media tarde que la Cámara Baja aprobase una enmienda a la ley que aplazase la entrada en vigor de la prohibición hasta el año 2006. La Cámara Alta rechazó la legislación que incorporaba esta enmienda y votó de nuevo contra el conjunto de la ley.
Al rechazar la norma así enmendada, los Lores forzaban a los Comunes a invocar la ley que establece la supremacía de la Cámara Baja, que, si no llega a un acuerdo con la Alta, puede imponer su criterio. Así lo hizo. De ese modo, los Lores opuestos a la prohibición cumplieron su objetivo de acelerar la entrada en vigor e impedir la maniobra del Gobierno de Tony Blair para evitar que se convierta en un asunto candente antes de las próximas elecciones, previstas para la primavera.
El propio Blair votó en contra de la legislación, porque, según su criterio, el Parlamento tenía que haber aprobado un proyecto legislativo anterior en el que se permitía la supervivencia de la caza montada del zorro de una manera más restringida y regulada mediante un sistema de licencias.