El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) cuenta ya con 100 hectáreas encharcadas, mientras que el incendio subterráneo de sus turbas -proceso natural de autocombustión por las altas temperaturas y la falta de agua- se ha extinguido. La agónica situación del parque tras el verano impulsó al Consejo de Ministros a aprobar en noviembre un trasvase de emergencia desde el acueducto Tajo-Segura a Las Tablas.
Esta derivación de agua, que comenzó a llegar en los primeros días de enero, sumada a las intensas lluvias y a las nevadas caídas en la zona desde finales de diciembre, han cambiado por completo el aspecto de este humedal único en España.
Su situación ha mejorado tanto que incluso la delegación de la Unión Europea (UE) que iba a visitar el parque para examinar su catalogación medioambiental ha cancelado el viaje a España. Este espacio natural declarado Reserva de la Biosfera tendrá en primavera el mismo aspecto que presentaba en 1996, es decir, las aves anidarán sin problemas y el humedal podrá ser recorrido en barca por su elevado nivel de encharcamiento, detallaron desde el Patronato del Parque Nacional de Las Tablas.
Mientras las Tablas de Daimiel se recuperan, el deshielo y la lluvia de las últimas semanas también han dejado sus efectos en el municipio de Daimiel. El río Azuer estuvo a punto de desbordarse por el casco urbano y el Guadiana se ha desbordado por la zona donde fue encauzado en la década de los 60 del siglo pasado. «Las reservas de agua adquieren unos niveles satisfactorios y éste es el principio de un nuevo ciclo hídrico pues La Mancha se caracteriza por este tipo de ciclos», señaló el alcalde de Daimiel, José Díaz del Campo.