La Agencia Federal de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA) ha dado su visto bueno al hundimiento del portaaviones «Oriskany» para que se convierta en un arrecife artificial a lo largo de las costas de Florida. Esta embarcación, de 32.000 toneladas de peso, fue utilizada durante las guerras de Corea y Vietnam.
Aunque han sido retirados productos tóxicos como amianto, pinturas y combustible, el barco todavía tiene algunos residuos de PCB (bifenilos policlorados) en forma sólida que fueron considerados imposibles de retirar completamente. Pese a ello, la EPA estima que «hundir el ‘Oriskany’ con residuos sólidos no es un riesgo para el medio ambiente y la salud humana».
La autorización de la agencia permitirá a la marina estadounidense hundir este viejo portaaviones en el Golfo de México, frente a la ciudad de Pensacola (Florida). Se convertirá así en la herramienta naval más grande jamás hundida intencionadamente con el fin de transformarse en un arrecife artificial.
La decisión de la EPA se produce justamente cuando Francia ha ordenado la repatriación del portaaviones «Clemenceau», que se dirigía a la India para ser descontaminado y destruido, debido a la presión de las organizaciones ecologistas.