Las estimaciones del primer estudio científico independiente sobre el vertido de petróleo en el Golfo de México confirman que las cifras que difundió el Gobierno de Estados Unidos para medir el impacto del desastre se ajustan bastante a la realidad. Alrededor de 4,4 millones de barriles de petróleo, equivalentes a 715 millones de litros, se vertieron al océano entre el 22 de abril y el 15 de julio, cuando los ingenieros lograron taponar la fuga del pozo de British Petroleum (BP), según el estudio, publicado en la revista «Science».
Calculada por un equipo de la Universidad de Columbia (Nueva York), esta cifra supera en 63 millones de litros a la última estimación del equipo de científicos del Gobierno, que estimaba que el pozo averiado liberó 652 millones de litros, equivalentes a 4,1 millones de barriles. Sin embargo, los dos cálculos son «comparables», ya que la nueva estimación cuenta con un margen de error del 20%.
La cifra oficial, elaborada bajo directrices federales y publicada por primera vez en agosto, poco después de taponar el pozo «Macondo», se convirtió en fuente de controversia entre la comunidad científica, que denunció que se había subestimado la magnitud de la catástrofe. «Hemos querido hacer una estimación independiente porque el público tenía la impresión de que los cálculos difundidos no eran necesariamente exactos», explicó en un comunicado el principal autor del estudio, Timothy Crone.
Al contrario que el equipo gubernamental, este estudio sí reveló su método, un sistema llamado «velocimetría óptica de las partículas», que permite medir la densidad del flujo de petróleo a partir de las imágenes captadas por las cámaras de BP en la boca del manantial. A la cifra obtenida con esa técnica, los investigadores le restaron los 128 millones de litros que BP asegura que ha recuperado mediante diversos métodos, una cifra que a su vez es discutida por muchos científicos.
Crone, que ha pedido al Gobierno y a BP que le proporcionen más información para ajustar sus estimaciones, no descarta que la cantidad de petróleo que se vertió al océano pueda ser más grande. «Somos conscientes de los límites de nuestra técnica», reconoció el científico, que advirtió también de que es improbable que se pueda saber la cantidad exacta de petróleo que ha contaminado el océano.