El Protocolo de Kioto para combatir el recalentamiento del planeta entra hoy en vigor con una ceremonia en la ciudad japonesa donde fue concebido un 11 de diciembre de 1997. A este acuerdo internacional se han sumado 141 países que suponen el 61,5% de las emisiones de gases contaminantes. Entre las naciones ausentes, destaca EE.UU., responsable de una cuarta parte de las emisiones mundiales.
El objetivo es reducir entre 2008 y 2012 un promedio del 5,2% las emisiones a la atmósfera de los seis gases que generan el efecto invernadero: el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, el hidrofluorocarbono, el perfluorocarbono y el hexafluoruro sulfúrico.
El optimismo que se percibía en 1997 ha quedado rebajado por las retiradas de EE.UU., China e India, tres de las naciones más contaminantes del mundo. El ministro japonés de Asuntos Exteriores, Nobutaka Machimura, afirmó ayer que Japón «seguirá instando» a esos tres países a que suscriban el pacto ecológico internacional.
Daños económicos
EE.UU. firmó el Protocolo pero decidió no ratificarlo en 2001 por los supuestos daños que iba a acarrear su cumplimiento a la economía del país. El presidente estadounidense, George W. Bush, se limitó entonces a prometer que apoyaría las reducciones de gases únicamente mediante la acciones voluntarias y el desarrollo de nuevas tecnologías.
La Casa Blanca también se mostró contraria a que a países, como precisamente China o India, por hallarse en desarrollo, no se les exigiera el recorte de emisiones de gases. Así las cosas, la entrada en vigor del Protocolo de Kioto se retrasó durante años.
Para que el pacto se convirtiera en jurídicamente obligatorio para los países suscriptores tenía que ser ratificado por un número de naciones industrializadas que al menos generasen el 55% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Esto sucedió en noviembre pasado, cuando Rusia (17,4% de las emisiones) decidió ratificar el Protocolo.
España
En lo que a España se refiere, es el país de la Unión Europea (UE) que más se aleja de los compromisos del Protocolo de Kioto. En concreto, a nuestro país le correspondería limitar el aumento de emisiones a un 15% en el periodo señalado. Pero al ritmo actual, Bruselas calcula que el incremento en el periodo de referencia sería del 45,4%, un 30,4% por encima del objetivo.