El director general del Agua, Jaume Palop, aseguró ayer que el suministro del preciado líquido y el desarrollo de las actividades que dependen de él están garantizados para al menos un año, aunque no se registren lluvias en ese periodo. Palop insistió en transmitir a la sociedad un mensaje de tranquilidad y afirmó que, a pesar de la sequía climatológica de los últimos meses, el suministro y la disponibilidad de agua están asegurados.
Sí reconoció, tras reunirse en Madrid con los presidentes de las confederaciones hidrográficas, que la situación es más preocupante en la cuenca del Segura, y dijo que podría complicarse a corto plazo si no se registran lluvias el próximo mes y medio, y que en ese caso habrá que incrementar las aportaciones de agua con recursos de usos agrarios.
Palop precisó que, en el caso del Segura, la reserva de agua embalsada está en el 15% y que esta cantidad es superior a la del pasado año en las mismas fechas (14%), pero recordó que las lluvias que se registraron en primavera aliviaron aquella situación.
Las cuencas más afectadas por la falta de lluvias son las internas de Cataluña, la del Júcar, la del Segura, la del Sur y la del Ebro, y destacó que todas tienen reservas inferiores a las del pasado año y a la media de los últimos 5 y 10 años. Sin embargo, el director general del Agua recalcó que faltan dos meses de invierno y el periodo de lluvias que suele acompañar a la primavera.
Palop descartó en cualquier caso restricciones o problemas de abastecimiento para los próximos meses, aunque informó de que en la reunión de ayer los representantes de las confederaciones acordaron acelerar la elaboración de los planes de emergencia para atender situaciones de sequía que, por lo demás, son periódicas en España debido a su clima, según precisó.
Asimismo, los responsables del Ministerio de Medio Ambiente se comprometieron a diseñar una red de indicadores que permita analizar la situación de sequía con objetividad y exactitud, y decidir, si procede, poner en marcha medidas de emergencia.