Las trágicas cifras del terremoto registrado en la madrugada del viernes al sábado en la isla indonesia de Java siguen creciendo. Según el último balance efectuado por las autoridades, el número de muertos es ya de 3.731 y el de heridos se eleva a 10.000. Sólo en la provincia de Yogyakarta, las víctimas mortales ascienden a más de 2.600, la mayoría en la localidad de Bantul, y cerca de 800 personas han muerto en el cercano distrito de Klaten.
Los hospitales de la región están colapsados y numerosas pequeñas localidades han quedado arrasadas. El pueblo de Nganyang ha quedado «totalmente aplanado. De 290 casas que había, 280 han quedado a ras de tierra», señaló el servicio de noticias «Detikcom». Sus 700 habitantes, o 278 familias, han sido albergadas en un campo de damnificados.
En Bantul, una de las ciudades más afectadas, hay contabilizados más 2.000 muertos, 1.017 heridos graves, 900 heridos leves y 2.938 casas y edificios destruidos.
En Yogyakarta, la antigua capital real indonesia y un importante centro turístico, los hospitales están completamente colapsados. La gasolina ha empezado a escasear y las autoridades han racionado a dos litros por motor la cantidad que se puede adquirir.
No hay víctimas españolas
Las paradisíacas playas del sur de Java son un destino habitual de los viajeros españoles. Sin embargo, salvo el caso de un español que ha perdido su casa pero que se encuentra bien, el embajador en Indonesia, Dámaso Delario, no tiene constancia de víctimas nacionales entre turistas o residentes en la zona.
A lo largo del sábado se fueron sucediendo las reacciones internacionales. Entre ellas la del Ejecutivo español, que en un comunicado manifestó su profunda consternación ante el terremoto y transmitió su apoyo y solidaridad al Gobierno indonesio. Y añadió que «queda a la espera de eventuales peticiones de ayuda que pudieran formular las autoridades indonesias».
La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) ya ha puesto en marcha su habitual dispositivo de emergencias antes este tipo de catástrofes.
Por su parte, la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha hecho un llamamiento de emergencia por valor de 7,68 millones de euros para apoyar a la Cruz Roja Indonesia a prestar ayuda a los damnificados.
Cruz Roja Internacional ha enviado cinco equipos médicos y otros cinco están ya en camino. También se ha enviado un hospital de campaña. «Los voluntarios han distribuido alimentos, agua, tiendas de campaña y artículos de bebé para la población damnificada», informó la organización.
Unicef también se está volcando en la asistencia a los afectados. Damien Personnaz, portavoz de la organización, ha dicho que personal de Unicef se encuentra ya en Yogyakarta. Además, trabaja en el envío urgente de material de asistencia básica a las víctimas, a las que ofrecerá 9.000 lonas impermeables, 850 equipos de higiene, así como 1.165 tiendas pequeñas de campaña y 4.000 linternas.
Los países comienzan asimismo a movilizarse. La Comisión Europea ha anunciado ayuda de urgencia de hasta tres millones de euros, mientras que China y Australia han dicho que enviarán dos millones de dólares cada una, y EE.UU. 500.000 dólares.