Un estudio dirigido por el brasileño Galdino Andrade, investigador residente en la Estación Experimental del Zaidín (Granada), afirma que la recuperación de los bosques dañados será más fácil si se usan plantas inoculadas con hongos. Estas plantas, micorrizas, tienen una menor mortalidad y permiten que se regenere el bosque de una manera más rápida.
Las razones más importantes de desaparición de las principales poblaciones arbóreas son la tala descontrolada de árboles y los incendios provocados por el hombre. Cuando un bosque se destruye por completo es necesario llevar a cabo un plan de reforestación para recuperar esas importantes masas vegetales que sustentan la vida del planeta. El proceso de recuperación es lento, ya que las plantas que se siembran crecen despacio y además pueden morir. Si estas plantas logran sobrevivir poco a poco son reemplazadas por otras hasta que al final, en una sucesión de especies vegetales, se instaura el bosque.
Andrade, investigador del departamento de Microbiología de la Universidad Estatal de Londrina en Brasil, ha dado a conocer los beneficios que aporta el uso de plantas inoculadas con hongos en la aceleración de la regeneración de los bosques deforestados. Los resultados de este estudio han demostrado que la recuperación de los bosques del sur de Brasil con este tipo de plantas asociadas a hongos es más rápida que la observada si se usan plantas sin asociar a hongos.
Detalles del estudio
El grupo de investigación de Andrade ha trabajado con las plantas arbóreas que se utilizan en la reforestación de bosques dañados. Su objetivo principal era determinar las consecuencias que podía tener el reforestar con plantas micorrizadas, es decir, con plantas a las que se les ha asociado un hongo. Para ello, el equipo determinó la dependencia de estas plantas a los hongos para poder crecer. Mediante el muestreo de parcelas correspondientes a cuatro estadios sucesionales distintos (pastizal en suelo degradado; pastizal que incluye plantas arbóreas pioneras, secundarias iniciales y tardías; y plantas arbóreas secundarias tardías y clímax) evaluaron distintas características del suelo a lo largo del año (concentración de nutrientes, distintas actividades bioquímicas, diversidad de grupos funcionales de microorganismos, colonización micorrícicas, diversidad de esporas de hongos micorrícicos en el suelo, etc.).
Los científicos observaron que la colonización micorrícica, plantas asociadas a hongos, y la densidad de esporas de estos hongos disminuyeron a lo largo de los distintos estadíos sucesionales. El nivel de fertilidad del suelo y la actividad microbiana, sin embargo, eran mayores en las parcelas con niveles más avanzados de la sucesión vegetal. Estos resultados permitieron a los investigadores determinar que las plantas de los estadios iniciales de la sucesión son más dependientes de las micorrizas que las presentes en los bosques maduros, en donde las plantas parecen ser poco dependientes de la simbiosis.
Como ya se esperaba, existía una fuerte dependencia a los hongos en los grupos de plantas con los que primero se inicia la sucesión vegetal, en cambio observaron que las plantas de bosques maduros, que se encuentran en la última etapa de la sucesión vegetal, son mucho menos dependientes de los hongos para su crecimiento. Se sabe que en las áreas donde hay más biodegradación del bosque hay una mayor dependencia de las plantas a los hongos para su crecimiento, se podrán realizar reforestaciones apropiadas a esas áreas mediante plantas a las que se les han inoculado hongo, lo que redundará en un mayor crecimiento de las plantas y disminuirá la mortalidad de las mismas.