El volcán Cleveland, ubicado en las islas Aleutianas, pertenecientes al estado estadounidense de Alaska (norte), entró ayer en erupción y formó una nube de cenizas de hasta 4,5 kilómetros, por lo que las autoridades han emitido una alerta para el tráfico aéreo. Las cenizas emitidas por Cleveland podrían provocar un importante trastorno en el tráfico aéreo porque por encima de su cumbre pasan gran parte de los vuelos que comunican el norte de América con Asia.
Este volcán ha emitido de forma intermitente desde julio lava y gas, por lo que esta última explosión podría deberse a la presión acumulada en estos cinco meses, según Dave Schneider, geofísico del Observatorio de Volcanes de Alaska. La última erupción significativa de Cleveland fue en 2001, cuando formó una nube de cenizas de 11,8 kilómetros y escupió ríos de lava y rocas volcánicas. En 2009 también entró en erupción, aunque con menor intensidad.
Cleveland es el volcán más activo de los 90 que hay en Alaska, a pesar de lo cual no hay equipos instalados en sus alrededores para controlar su actividad, debido a su remota ubicación. Los científicos lo vigilan vía satélite y con las imágenes que captan las cámaras de barcos pesqueros y aviones. Cleveland, de 1.730 metros de altura, está en la inhabitada isla de Chuginadak. El asentamiento humano más cercano se encuentra unos 45 kilómetros al este, en la localidad de Nikolski.
Las cenizas volcánicas pueden bloquear los motores de los aviones. Por ello, el año pasado las erupciones del volcán chileno y de otro islandés obligaron a suspender el tráfico aéreo en Sudamérica y Europa, con lo que millones de pasajeros se quedaron atrapados en los aeropuertos de todo el mundo.