La semana pasada se produjo un hecho sin precedentes en la Cumbre de la Tierra que se está desarrollando en Johannesburgo (Sudáfrica). La organización ecologista Greenpeace y el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible leyeron un comunicado conjunto en el que instaban a todos los Gobiernos que asisten a la Cumbre a definir un marco legal común para luchar contra el cambio climático.
El comunicado, leído el miércoles por la tarde, señalaba que «a pesar de nuestras diferencias, conocidas ya por todos, ambos nos sentimos frustrados ante la falta de voluntad política que demuestran los Gobiernos para aplicar los compromisos de la Cumbre de Río».
La agrupación ecologista y la organización empresarial aseguraron compartir la opinión de que los gobiernos lanzan «signos contradictorios» sobre el medio ambiente, especialmente sobre los gases invernadero, causantes del calentamiento global.
Los firmantes llamaron a los gobiernos «a la responsabilidad y a afrontar el cambio climático basándose en la Convención para el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto».
«Los jefes de Estado, que están a punto de subirse al avión para venir a Johannesburgo, ya no pueden alegar que los objetivos de Kioto son inalcanzables porque el sector privado y las empresas no pueden cumplirlos» aseguró Remi Parmentier, director de Política Internacional de Greenpeace.
Charles Nicholson, asesor del grupo petrolífero BP, que ha conseguido reducir en un 10% las emisiones de CO2 durante los últimos cinco años, explicó que «si una empresa tiene que afrontar sanciones ambientales en un país pero no en otro, ello puede acarrear desventajas entre las distintas compañías».
Bjorn Stigson, presidente del Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible, que agrupa a 160 compañías, afirmó, por su parte, que «la comunidad empresarial necesita un marco legal común para todos, pues ahora mismo no sabemos a qué objetivos atenernos».
Según comentó Stigson, la competencia desleal está siendo una de las principales consecuencias, puesto que hay empresas que están tomando medidas para intentar reducir las emisiones de gases invernadero, mientras que otras, en cambio, no se sienten obligadas a hacerlo.
El presidente aseguró no tener «grandes expectativas» sobre los resultados de la Cumbre, que cree que servirá para «reconfirmar compromisos ya adoptados en Río, Doha o Monterrey», pero añadió que «puede crear un momento importante para pronunciamientos como éste».