La energía solar ofrece muchas aplicaciones y ventajas respecto a la energía convencional, ya que se trata de una fuente energética gratuita, limpia e inagotable. Sin embargo, su desarrollo está aún muy limitado en España, a pesar de ser el país europeo con mayor radiación solar. Algunas de las causas de la escasa implantación de este tipo de energía son la falta de concienciación ecológica y la necesidad de realizar una inversión inicial alta que no todo el mundo está dispuesto a asumir. No obstante, durante los últimos años los costes se han abaratado de manera importante y, además, las instalaciones solares cuentan con importantes ayudas y subvenciones por parte de las instituciones para intentar fomentar su consumo.
Qué es la energía solar y cuáles son sus ventajas
La energía solar es una de las fuentes de energía renovable que más desarrollo está experimentando en los últimos años y con mayores expectativas para el futuro. Cada año el sol arroja sobre la tierra cuatro mil veces más energía que la que se consume, lo que demuestra que esta fuente energética está aún infravalorada y sobre todo poco explotada en relación a sus posibilidades. El aprovechamiento de la energía solar consiste en captar por medio de diferentes tecnologías la radiación del sol que llega a la tierra con el fin de emplear esa energía para diferentes usos, como calentar agua, generar electricidad, etc.
El uso del sol como fuente de energía no es algo nuevo, muchas culturas de la antigüedad en todo el mundo construían sus edificios basándose en la posición del sol para obtener mejores rendimientos. Sin embargo, el aprovechamiento del sol no es exclusivo de zonas con alta radiación solar. Alemania, por ejemplo, a pesar de contar con poca radiación solar, es el país con más instalaciones solares de toda Europa, con alrededor del 62% de toda la potencia solar instalada en el continente.
España es un país especialmente favorecido por la radiación solar gracias a su privilegiada situación y climatología. Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la radiación solar global sobre superficie horizontal en España oscila entre 3,2 kw/h/m2/día de la zona más septentrional del territorio hasta los 5,3 kw/h/m2/día de la isla de Tenerife. Pero a pesar de ese elevado potencial solar, existen muy pocas instalaciones de captación solar en España, donde el ratio de superficie de captación solar térmica por cada mil habitantes está por debajo de la media europea, con sólo 8,7 metros cuadrados frente a 19,9 metros cuadrados por mil habitantes de Europa.
Las ventajas de la energía solar son numerosas respecto a las energías convencionales. En primer lugar es la fórmula energética más respetuosa con el medio ambiente y sus recursos son inagotables, por lo que reduce la dependencia energética de energías fósiles y contaminantes como el petróleo. Desde el IDAE señalan su alta eficiencia como otro importante beneficio, además de que su implantación no afecta a la calidad del aire ni de los suelos. Asimismo, se garantiza que las instalaciones solares son silenciosas, limpias y con una larga vida útil (entre 20 y 30 años dependiendo del tipo). Por último, facilita el autoabastecimiento y permite generar energía cerca de donde se necesita sin necesidad de costosas infraestructuras para su transporte.
¿Para qué se puede usar la energía solar?
La demanda de energía aumenta cada año en nuestra sociedad, a pesar de que los recursos energéticos son limitados. De ahí la importancia de potenciar energías renovables como la solar, que permite diferentes usos:
- Energía solar fotovoltaica: la energía solar se transforma en electricidad a través de paneles solares fotovoltaicos. Se usa tanto en sistemas aislados como conectados a la red eléctrica.
- Energía solar térmica: se capta la energía del sol para conseguir agua caliente y calefacción por medio de colectores solares.
- Aprovechamiento pasivo del sol: la simple orientación de la vivienda y su forma constructiva permiten obtener ganancias solares sin necesidad de ningún elemento técnico.
La energía solar fotovoltaica permite generar energía eléctrica gracias a unas placas solares sobre las que incide la radiación solar. Según explican desde el IDAE, una instalación fotovoltaica está compuesta “por un generador fotovoltaico y un sistema de acumulación de energía en las instalaciones aisladas, acumulándose la electricidad generada en corriente continua”.
Hasta hace pocos años este tipo de energía se utilizaba aislada de la red eléctrica, señala Yago Torre-Enciso, técnico de la Unidad de Renovables del Ente Vasco de Energía (EVE). “Es una opción cara, y antes aún lo era más. Por eso sólo se contemplaba cuando no había otras posibilidades. Por ejemplo en refugios de montaña o lugares aislados de la red eléctrica donde llevar cables con postes resultaba muy costoso, además de tener un gran impacto medioambiental”.
En los lugares aislados, la energía eléctrica que producen las placas fotovoltaicas se acumula en baterías, algo imprescindible debido a que la producción y la necesidad de consumo no son simultáneas. De esta forma las baterías garantizan una autonomía de 4 o 5 días y aseguran el suministro hasta en las peores condiciones climáticas.
Durante los últimos años las instituciones han apostado por extender la solar fotovoltaica también a viviendas o edificios conectados a la red eléctrica. En opinión del técnico del EVE Yago Torre-Enciso, era la única forma de conseguir abaratar el alto coste. “Antes se utilizaba poco porque era cara y era cara porque se usaba poco. Gracias a la normativa legal que facilita y favorece su instalación en lugares donde hay red convencional en la puerta de casa, se está consiguiendo generalizar su uso”, explica.
En los sistemas conectados a la red eléctrica, la energía eléctrica que se produce a través de las placas solares se vende directamente a la compañía eléctrica, y no sólo los excedentes, sino toda la energía producida, de tal forma que no se auto consume, pero sí se aporta al sistema general energía eléctrica producida de forma limpia. “La compañía está obligada a comprar esa energía a un precio muy alto, hasta 0,41 euros/kwh, mientras que la que nosotros compramos se paga a un precio inferior, 0,09 euros por cada kwh que se consume. Por esa razón si yo pongo en el tejado o el terreno de la casa una instalación conectada a red para vender energía, no vendo sólo lo que sobra, sino todo lo que se produce porque pagan mucho, y después compro lo que necesito a un precio más barato”, explica Torre-Enciso.
La energía solar térmica aprovecha el sol para producir agua caliente sanitaria, calefacción, climatización de piscinas o sistemas de refrigeración solar, aunque el uso más extendido es el primero. Para lograr este tipo de energía es necesario un sistema de colectores solares, que captan la radiación solar, tal y como explican desde el Ente Vasco de Energía. “Constan de una caja negra hermética con superficie de cristal que se calienta al incidir en ella la radiación solar y que, a su vez, calienta el líquido que circula por las tuberías situadas en su interior. El agua calentada se almacena en un depósito para asegurar el abastecimiento cuando se produzca la demanda”.
Esta tecnología, que es más cara que la fotovoltaica, presenta algún inconveniente a la hora de conseguir calefacción en días con climatología adversa. El técnico del EVE comenta que en zonas con poco sol como el País Vasco es complicado conseguir calefacción “porque siempre se necesita en invierno cuando hace mal tiempo. Si hace mucho frío pero el día está despejado no hay problema, pero en general eso sólo se consigue unos pocos días, y harían falta muchas más placas en el tejado para que funcionara”.
Costes de instalación, subvenciones, y rendimientos
La inversión inicial que requiere una instalación solar fotovoltaica es alta. Según cálculos hechos por el Ente Vasco de Energía, la instalación que requiere una vivienda tipo del País Vasco con un consumo medio anual de 9 kw/día podría rondar los 20.000 euros. Pero esta fuerte inversión se puede amortizar en un plazo aproximado de diez años, debido a las cuantiosas subvenciones y ayudas que las instituciones ofrecen por ser energía de origen renovable, y gracias también al sobreprecio que las compañías eléctricas pagan por la electricidad producida. La vida útil de este tipo de instalaciones suele ser de unos 25 años, por lo tanto se pueden obtener beneficios durante aproximadamente quince años.
Durante los últimos dos años las instalaciones solares se han abaratado más de un 20%, y de cara al futuro los expertos auguran que se mantendrá esa tendencia a la rebaja de los costes como consecuencia del aumento de instalaciones. Por otro lado, la regulación legislativa va a promover de forma decidida el uso de energías renovables, ya que según anuncian desde el EVE, hay en proyecto un nuevo código técnico de la edificación que contempla que ciertos edificios incorporen un sistema fotovoltaico y que algunas viviendas se construyan con un sistema solar térmico.
Los particulares que quieren instalar en sus viviendas una instalación solar cuentan con varios tipos de ayudas a fondo perdido, que oscilan entre el 40 y el 50% del coste total, además de créditos con un interés muy bajo o incluso cero. El gobierno central suele aportar una subvención del 20% además de ofrecer una bonificación de intereses. Pero las comunidades autónomas también ofrecen ayudas que pueden añadirse a las recibidas por las instituciones estatales. Así por ejemplo, la bonificación del Ente Vasco de Energía suele rondar el 22%, aunque en las instalaciones aisladas de red la subvención media llega hasta el 30% del coste total, porque se considera una necesidad que hay que cubrir. La única limitación que marca la legislación europea es que ninguna actividad con ánimo de lucro puede recibir más de un 51% de ayuda. Es el caso de las instalaciones fotovoltaicas conectadas a red, en las que el propietario vende la energía producida a la compañía eléctrica.
¿Qué tiene que hacer cualquier persona que quiere instalar placas solares en su vivienda? En primer lugar puede recabar información sobre la materia a través de las diferentes instituciones que promueven el uso de energías renovables. Allí le facilitarán una lista de los instaladores de placas solares que operan en cada comunidad autónoma. Después debe dirigirse a varios de ellos para poder comparar precios y propuestas de instalación. Una vez elegido el instalador, él mismo se encarga de realizar todas las tramitaciones necesarias, aunque es el usuario quien en un primer momento debe pagar la inversión inicial hasta que reciba las subvenciones.
Situación de la energía solar en España
Durante los últimos años la Unión Europea ha adoptado importantes decisiones sobre política energética, con el fin de reducir el consumo de energías contaminantes y apostar por el consumo de renovables como la energía solar. Así, la UE establece como objetivo para el año 2010 que todos sus países miembros reduzcan al menos en un 15% las emisiones de gases causantes del efecto invernadero. También exige que el 12% de las fuentes energéticas de todos los estados sean renovables.
Si se quieren cumplir estas exigencias europeas, España debe hacer un gran esfuerzo, puesto que durante los próximos cinco años tendría que incrementar su superficie de captación solar térmica hasta los 4.500.000 metros cuadrados, que supone un ratio de 115 metros cuadrados por cada mil habitantes. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía, una cuarta parte de ese mercado podría corresponder a viviendas unifamiliares y el resto a viviendas multifamiliares y otras aplicaciones. En cuanto a las previsiones de crecimiento de las fotovoltaicas en España, el IDAE estima que el incremento de la potencia a instalar hasta el 2010 podría alcanzar los 135.000 kwp, entre instalaciones aisladas y conectadas a la red.
Pero de momento la situación en España no es muy buena, más aún si tenemos en cuenta las enormes posibilidades de un país con mucho sol. Los últimos datos recogidos por el IDAE en el 2001 calculaban que había unos 500.000 metros cuadrados instalados de captación solar térmica. Los expertos aquí consultados (IDEA y el EVE) creen que hay varias razones que explican el escaso desarrollo de la energía solar en España:
- Condicionantes económico-financieros: se necesita hacer una inversión inicial elevada que no todo el mundo puede asumir.
- El período de amortización de la inversión es largo, unos diez años.
- Falta de concienciación ecológica y medioambiental.
- La sociedad española tiene poca información sobre el tema y no conoce todos los beneficios y usos de la energía solar.
- Ausencia de normativa necesaria para fomentar su uso.
- No se cuida lo suficiente la integración de la instalación solar en los edificios.
- En algunos casos la falta de espacio puede ser un inconveniente a la hora de la instalación.
- La normativa exigida en algunos casos puede retraer a algunos consumidores interesados: en las instalaciones fotovoltaicas conectadas a red el propietario debe hacer declaración de IVA cada tres meses y darse de alta en el impuesto de actividades económicas, porque se vende energía a la compañía eléctrica.