España consume y genera una contaminación 2,6 veces por encima de la capacidad ecológica de su territorio, según el informe «La huella ecológica como elemento de valoración integrada de la sostenibilidad del desarrollo», que fue presentado ayer por el secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano.
Este trabajo, dado a conocer durante la inauguración de un seminario de dos días organizado en Madrid por la Fundación Biodiversidad, advierte de que el nivel de insostenibilidad del territorio español es del 260%.
La huella ecológica indica la superficie (en hectáreas) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población determinada. En 2005 era de 6,4, lo que significa que cada español necesitaba 6,4 hectáreas para producir todo lo que consume y poder integrar en la naturaleza la contaminación que genera.
El informe determina también la biocapacidad (capacidad de carga) del territorio, que es de 2,43, por lo que la relación huella/biocapacidad es de 2,6. Aunque es un valor elevado, es inferior a la media europea (4,7) y al de otros países como Estados Unidos (9,7).
Madrid, a la cabeza
En cuanto a la distribución regional de la huella ecológica, los niveles más altos se registran en las comunidades autónomas con fuertes procesos de urbanización y que siguen teniendo suelos potencialmente urbanizables.
La Comunidad de Madrid encabeza la clasificación, ya que consume y genera una contaminación de casi 20 veces (19,9) la biocapacidad de su territorio, seguida de Canarias (10,4) y la Comunidad Valenciana (7,2).
Pero la situación más preocupante se registra en las ciudades autónomas. Así, Ceuta consume y genera una contaminación 42 veces superior a su capacidad biológica y Melilla, 38,7 veces.
Por su parte, Castilla y León (0,7), Castilla-La Mancha y Extremadura (0,8 en ambos casos) tienen biocapacidad excedentaria.
Cambio social
El Ministerio de Medio Ambiente asegura que si se cumple el 80% de los objetivos medioambientales planteados en esta legislatura, la huella ecológica de nuestro país en 2020 se mantendría en los niveles del año 2005. Para que disminuyera haría falta que se produjera un cambio social.
Ese cambio se analiza en el estudio «El comportamiento social ante el desarrollo sostenible», elaborado por el Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial y por Valora Consultores. Este trabajo plantea dos escenarios en España en 2025, que dependerán fundamentalmente de la actitud de los ciudadanos y de los agentes económicos, sociales y políticos. Augura un escenario «azul» propicio para dar respuesta a la exigencias del desarrollo sostenible y un escenario «depredador», dominado por la ausencia de criterios sostenibles.