Resulta posible que un país crezca económicamente y reduzca al mismo tiempo las emisiones de gases de efecto invernadero, según defendió hoy en Bali la ministra española de Medio Ambiente, Cristina Narbona. En su intervención en el tramo de alto nivel de la Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas, Narbona citó el ejemplo español y observó que el año pasado España generó empleo, creció a un ritmo del 4% y las emisiones, sin embargo, se redujeron por primera vez desde 1997.
Narbona reconoció la magnitud del desafío y que existe poco tiempo, pero advirtió de que «las incógnitas que aún existen no deben convertirse en una disculpa para justificar retrasos en la acción». Según la ministra, el cambio climático representa «el mayor reto ambiental», con efectos contrastados en la economía global, el medio ambiente, la salud y el bienestar social. Promover respuestas al cambio climático «no es un asunto de precaución, sino una imperiosa necesidad», apuntó.
La titular española de Medio Ambiente consideró que una economía mundial baja en carbono es «necesaria y viable» y subrayó que un primer paso para ello sería conseguir en Bali acordar que los países desarrollados reduzcan sus emisiones entre un 25% y un 40% en el año 2020. El cambio climático nunca había estado tan documentado, advirtió Narbona, que hizo hincapié en la dimensión económica y social del fenómeno.
La ministra aseguró que el Gobierno español ha incorporado el cambio climático a todas sus políticas y enumeró algunas de las actuaciones promovidas durante los últimos años. Citó entre ellas la promoción de energías renovables, la incorporación de la energía solar a todas las viviendas nuevas o la aprobación del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.