La Estación Experimental del Zaidín, adscrita al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Granada, participará en un proyecto internacional que tiene como fin secuenciar de forma completa el genoma de los microorganismos del suelo, denominado metagenoma. Representantes del Instituto asistieron a una reunión de microbiología que se celebró en Uppsala (Suecia), donde se constituyó el consorcio internacional que llevará a cabo la investigación y que ha sido bautizado TerraGenome.
El consorcio está integrado por científicos de 23 países interesados en la metagenómica del suelo. Entre estos investigadores se encuentra el grupo de Ecología Genética de la Rizosfera de la Estación Experimental del Zaidín.
El proyecto es el tercer gran esfuerzo de secuenciación microbiana, tras la secuenciación del conjunto de los genomas de todos los microorganismos del cuerpo humano (microbioma humano) y la secuenciación de los genes de los microorganismos localizados en el mar (metagenoma marino), destaca el centro de investigación español. Esto se debe a que el medio ambiente del suelo presenta una complejidad mayor que cualquier otro medio en la tierra y requiere «de un esfuerzo internacional concertado para obtener su metagenoma».
Para la investigación inicial, se ha seleccionado como suelo de referencia el de la Estación Experimental de Rothamsted (Reino Unido), ya que se trata de un suelo agrícola con un registro histórico de uso, conocido desde hace 150 años. Este singular sitio ecológico proporciona una historia de la biología y la química del suelo, así como un archivo de muestras de suelo que representan los efectos de las manipulaciones. La secuencia del metagenoma de esta zona constituirá la secuencia de «referencia» con la que otros suelos podrán ser comparados.
La Estación Experimental del Zaidín explica que la secuenciación del genoma del suelo ayudará a resolver problemas de tipo agrícola, como fertilidad, evitar y/o paliar plagas en plantas o ayudar a la nutrición de las mismas. También podría servir para depositar el CO2 como materia orgánica, lo que contribuiría a mitigar el cambio climático. Además, puede ser una fuente de nuevos compuestos y proteínas que ayuden a eliminar contaminantes, o curar enfermedades mediante la detección de rutas de síntesis de nuevos medicamentos o la producción de antibióticos.