La pesca, hacia las aguas más frías
🐟 Bacalao
- Actuales caladeros. Se localizan sobre todo en aguas del Atlántico Norte, desde Carolina del Norte (Estados Unidos) hasta Groenlandia, desde el golfo de Vizcaya hasta el canal de la Mancha, así como en el mar del Norte y el Báltico. Los mayores caladeros de bacalao del mundo se encuentran en el mar de Barents (al norte de Finlandia).
- Cómo va a cambiar su distribución. Se acabará por concentrar en las aguas más profundas del Ártico.
🐟 Merluza
- Actuales caladeros. Habita a ambas orillas del océano Atlántico, desde Mauritania a Noruega; en el mar Mediterráneo y en el océano Pacífico, frente a las costas de Estados Unidos, México, Chile y Nueva Zelanda.
- Cómo va a cambiar su distribución. Se concentrará, sobre todo, en el entorno del mar del Norte y en las profundidades del Pacífico.
Las especies pesqueras más amenazadas
Entre las especies pesqueras que están en la diana del cambio climático se encuentran algunos pescados muy comunes en nuestra dieta como sardinas, caballas, arenques y bacaladillas.
Los cambios en la temperatura y en los patrones de lluvia afectarán también al salmón; a varias especies de atún, incluido el atún rojo, y al bacalao. Lo mismo ocurre con los peces planos que viven en fondos marinos, como los lenguados y platijas, muy vulnerables a las condiciones del lecho marino.
Ostras, mejillones, almejas y berberechos, cangrejos y langostas, calamares, gambas y langostinos tampoco se libran de la amenaza.
La acuicultura, también en peligro
España es uno de los líderes mundiales en innovación de acuicultura. Este método de producción piscícola es la gran esperanza para garantizar la soberanía alimentaria de las próximas generaciones, ya que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para 2050 el planeta necesitará un 50 % más de alimento.
Aun así, esta actividad tampoco se libra de los efectos climáticos. Algunas instalaciones se enfrentan a temperaturas más elevadas, lo que puede hacer que las especies que se crían en ellas crezcan y se reproduzcan en peores condiciones. El sector admite que, de cara al futuro, habrá que asegurar la producción y mejorar la tecnología de cultivo.
El miembro del Comité de Expertos de la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar), Aurelio Ortega, señala que ya se trabaja en adaptar las especies y condiciones de cultivo a las nuevas condiciones climáticas. “Eso pasa por mejorar la nutrición y la respuesta inmune de los animales, y por ubicar las instalaciones en lugares menos influenciables por el incremento de temperatura”. Llegado el paso, habría incluso que modificar los cultivos a favor de especies más resistentes. En definitiva, nuevos desafíos para un futuro repleto de interrogantes.
La Unión Europea pasa a la acción
La Comisión Europea ha diseñado un Plan de Acción para proteger y restaurar los ecosistemas marinos en favor de una pesca respetuosa con su hábitat y resiliente ante el cambio climático. La propuesta plantea eliminar de forma gradual, de aquí a 2030, la pesca de arrastre en todas las aguas protegidas de la UE.
La idea es que, a partir de marzo, los 27 Estados miembros propongan sus primeras medidas concretas para llevar a cabo este plan, que incluye una estrategia para avanzar hacia la transición energética del sector pesquero europeo.