Las diferencias que mantienen Estados Unidos y Alemania en cuanto a la estrategia de lucha contra el cambio climático parece que no han podido superarse, por lo que en la cumbre del G8 de países industrializados de Heiligendamm (Alemania) no habrá acuerdo sobre objetivos mínimos al respecto.
Así, Estados Unidos ha asegurado ya desde el comienzo de esta cita que en el texto final no habrá ningún acuerdo ni objetivo global a largo plazo sobre la reducción de los gases de efecto invernadero. La delegación estadounidense defiende que cada país fije sus propias metas, dijo James Connaughton, jefe asesor del presidente George W. Bush para cuestiones medioambientales.
Otros países como Canadá y Japón respaldan la posición estadounidense, según Connaughton, que sostuvo que los países industrializados más importantes necesitaban más tiempo para alcanzar posiciones comunes. Convencer a Estados Unidos para que respalde este tipo de metas parece ahora imposible, pero varios de los líderes presentes han llegado a Alemania convencidos de que de esta reunión podría salir «una fuerte señal» sobre el deseo de los líderes de proponer un sucesor para el Protocolo de Kioto.