Estados Unidos planea reducir las emisiones contaminantes en un 20% para el año 2020 con respecto al nivel de 2005 y llegar a una disminución del 83% en 2050. Eso es al menos lo que propone el borrador del proyecto de ley de lucha contra el cambio climático de la Administración Obama que ayer llegó hasta el Senado estadounidense. Este nuevo texto, presentado por los senadores demócratas Barbara Boxer y John Kerry, resulta más ambicioso que el que fue analizado por la Cámara de Representantes en junio pasado.
El nuevo proyecto recoge también un sistema de comercio de derechos de emisión, al estilo del que ya funciona en la Unión Europea (UE), si bien no especifica cómo distribuir los permisos para contaminar. «Con este proyecto de ley estamos un paso más cerca de que América controle su futuro energético», aseguró al respecto el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
No obstante, el camino para conseguir sacar este proyecto adelante será largo y difícil. El senador John McCain, candidato del Partido Republicano para la elección presidencial de 2008, afirmó ayer mismo que «nunca, nunca, nunca» apoyaría la propuesta, sobre todo porque no reconoce el papel que la energía nuclear debe jugar en la expansión de la «energía limpia».
Aunque las cifras presentadas ahora por el Gobierno estadounidense pueden resultar similares a las propuestas por la UE (20%) y Japón (25%), las diferencias son evidentes, lo que devalúa el planteamiento estadounidense en el plano internacional. Mientras que la reducción planteada por Estados Unidos se refiere al año 2005, las iniciativas tanto europea como japonesa se basan en los niveles de emisiones de 1990.