Las seis orcas que quedaron atrapadas en claros de las aguas congeladas del mar de Ojotsk han muerto pese a los esfuerzos de los pescadores por salvarlas. El jueves, pescadores de la aldea de rusa de Reídovo trataban de salvar a las cuatro que aún permanecían vivas, pero finalmente no han podido resistir. Las dos más grandes habían muerto días antes tratando de romper el hielo para desplazarse.
Los cetáceos quedaron atrapados hace dos semanas a casi 100 metros de la costa en la bahía Protor, en la isla Iturup, que forma parte del archipiélago de las islas Kuriles. Los pescadores de Reídovo, pertrechados con sierras mecánicas, picos y palas, intentaron, sin éxito, romper el hielo para formar un canal por el que pudieran salir los animales a mar abierto.
Durante el tiempo que estuvieron cautivas, las orcas embestían contra los bloques de hielo para abrirse camino, por lo que sufrieron cortes sangrantes en sus cabezas y aletas, y no aceptaron la comida que les ofrecieron los pescadores, según informó un portavoz del Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia.
Los animales tenían en cualquier caso pocas posibilidades de sobrevivir porque en la isla Iturup no hay embarcaciones capaces de abrir un corredor de dos kilómetros que llegara a mar abierto.