España podría lograr gas natural en grandes cantidades de su propio subsuelo gracias a la técnica del “fracking” o fractura hidráulica. Solo en Euskadi, que cuenta con el proyecto más avanzado para sondear las posibilidades bajo su superficie, estiman que podrían cubrir el consumo actual de gas de nuestro país durante unos cinco años. Sus detractores destacan los casos de contaminación en el agua y el aire y daños a familias cercanas a las explotaciones en otros países. En este artículo se muestra qué beneficios tendría extraer gas en España con “fracking” y qué impactos tendría para el medio ambiente y la salud.
¿Qué beneficios tendría extraer gas en España con «fracking»?
Según las estimaciones del Gobierno Vasco, el gas no convencional del yacimiento alavés Gran Enara generaría 30.000 millones de euros y unas reservas explotables de unos 185.000 millones de metros cúbicos (unos 60 años del actual consumo de gas natural del País Vasco y de unos cinco de España).
El yacimiento alavés Gran Enara podría cubrir el consumo actual de gas durante cinco años en EspañaXabier Garmendia, viceconsejero de Industria y Energía del Gobierno vasco y uno de los impulsores del proyecto, destaca las ventajas del gas natural: «se postula como la energía más limpia -sus emisiones son considerablemente menores que los demás hidrocarburos- de transición hacia un modelo con mayor protagonismo de las renovables». Garmendia apunta que disminuiría la dependencia de recursos energéticos importados (y los riesgos de desabastecimiento), así como el uso de carbón y petróleo.
Julia Cuevas Urionabarrenechea, catedrática de Geodinámica Interna de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), indica que el potencial de extracción mediante «fracking» es «enorme y aumentará a medida que se conozca mejor con las nuevas exploraciones y mejore la técnica de extracción. Los beneficios económicos y laborales inmediatos son evidentes y, tal y como estamos, no son desdeñables. Otra cosa es estimar los beneficios a un plazo mayor.»
María Santórum, portavoz de Kuartango Fracking Ez, una plataforma vecinal de la localidad alavesa de Kuartango contraria al proyecto, considera que «nadie sabe a ciencia cierta qué hay a miles de metros bajo tierra». El propio Garmendia reconoce como «poco realista proponer a estas alturas cifras sobre beneficios económicos y laborales, cuando es necesario realizar las investigaciones oportunas que lo aclaren.»
Santórum recuerda la experiencia de países como Estados Unidos, Canadá o Polonia, que utilizan ya el «fracking»: «El gas encontrado ha estado muy por debajo de las estimaciones previas, y han tenido que ampliar la cantidad de pozos. En EE.UU. han reventado el año pasado cientos de kilómetros cuadrados con más de 45.000 pozos». En cuanto al aspecto económico, la portavoz de Kuartango Fracking Ez afirma que «el dinero no revierte en los pueblos de la zona y, como cada pozo dura unos cinco años, los posibles trabajos son temporales».
¿Qué impactos tendría para el medio ambiente y la salud?
La profesora Cuevas señala que, como el «fracking» es una técnica nueva y de gran interés económico, no hay muchos datos libres disponibles en el mundo científico. «En EE.UU., que tiene explotaciones desde el año 2000, ha habido problemas de contaminación del agua potable por diversos elementos nocivos o por vertidos del líquido residual que se inyecta. En menor medida, parece que se ha podido inducir una sismicidad moderada en algunos lugares», explica.
En explotaciones de «fracking» de EE.UU. ha habido problemas de contaminación y ha podido inducir una sismicidad moderadaMaría Santórum afirma que en EE.UU. se han puesto más de 1.500 denuncias contra el Gobierno y las empresas extractoras y hay cientos de testimonios de familias cuya vida «se ha arruinado por estas explotaciones». Los riesgos para el medio ambiente y la salud son «muchos, muy serios y comprobados», según la portavoz de Kuartango Fracking Ez: contaminación de reservas de agua subterránea para siempre (en el caso de Álava afectaría al acuífero de Subijana), muerte de peces en ríos y lagos y ganado en zonas rurales, el aire también recibe partículas tóxicas, hay riesgo de terremoto, contaminación acústica por el intenso tráfico de camiones, etc.
En cuanto a la salud, Santórum acusa al «fracking» de miles de casos de cáncer, malformación en fetos, envenenamientos, afecciones cutáneas serias, etc. «De entre los más de 400 productos químicos utilizados, más de 30 son conocidos cancerígenos, más de 70 son «supuestamente prohibidos» y más de 50 ni siquiera se conocen al estar bajo el «secreto de la industria química».
El viceconsejero del Gobierno vasco destaca que de las decenas de millares de pozos en todo el mundo estimulados mediante fracturación hidráulica, solo se han producido denuncias contadas por afecciones puntuales al medio natural. Estos casos serían «equiparables a las múltiples actividades industriales aceptadas en nuestro país y se han debido a malas prácticas o localización indebida del proyecto», señala.
En cualquier caso, Garmendia matiza que en Gran Enara se quieren realizar sondeos sometidos a un procedimiento de evaluación ambiental reglado y donde los riesgos son «insignificantes por no decir nulos». Esta fase de exploración, según las estimaciones del Ejecutivo vasco, llevaría entre dos y tres años.
En opinión de Cuevas, «el riesgo siempre existe, aunque hoy en día se puede minimizar mucho. Y como han indicado diversos economistas, algunas malas prácticas podrían condenar toda una técnica innovadora como el «fracking»».