Realizar un funeral, tanto en su forma de enterramiento como de incineración, tiene diversas consecuencias negativas para el medio ambiente. Para evitarlas o reducirlas en lo posible, cada vez hay más iniciativas de ecofunerales: ataúdes con maderas certificadas con el sello FSC, urnas biodegradables, etc. Este artículo explica el impacto ambiental de los funerales convencionales, destaca que los funerales ecológicos son respetuosos con el medio ambiente y más baratos y apunta cómo hacer un funeral ecológico.
El impacto ambiental de los funerales convencionales
Los funerales tradicionales tienen un impacto ambiental importante. Los féretros se realizan en maderas nobles que pueden provenir de lugares donde se practica la deforestación. El uso de elementos metálicos, barnices, fibras sintéticas de las telas y los trajes de los fallecidos, o productos químicos para embalsamar el cuerpo pasan factura al medio ambiente.
Los funerales ecológicos cuestan un 20% menos que los tradicionales, según un expertoLa incineración o cremación, cada vez más utilizada en España con un 30% en 2011 según datos de la Patronal de Empresas de Servicios Funerarios (Panasef), también tiene consecuencias ambientales negativas. El horno alcanza una temperatura de 800º C, con el consecuente consumo energético. Se requieren, además, unos 20 litros de aceite y medio kilo de carbón activado para tratar los gases resultantes por cada cremación.
También algunos expertos aseguran que con la incineración se pueden emitir sustancias contaminantes y nocivas para la salud. José Luis García, ingeniero químico del Instituto de Catálisis y Petroquímica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), señala que con la incineración de un cuerpo humano se emiten en torno a 27 kilos de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero implicados en el cambio climático. Joan Grimalt, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC, advierte de que si se vierten las cenizas en zonas naturales concretas de forma regular, pueden causar daños ambientales, como deterioro del terreno o eutrofización de las aguas. Además, elementos como prótesis, placas y suturas metálicas o tornillos no se pueden destruir y se convierten en residuos no biodegradables que duran muchos años.
Funerales ecológicos: respetuosos con el medio ambiente y más baratos
Los funerales ecológicos son cada vez más solicitados, sobre todo en países como Reino Unido, Estados Unidos o Canadá. En España algunas empresas utilizan sistemas más sostenibles, como la aseguradora Ergo o las funerarias Mémora y Limbo, que poseen diversas certificaciones de gestión ambiental para sus instalaciones o servicios. Por su parte, Restbox fabrica ataúdes con cartón reciclado desde 1992 con un precio de unos 100 euros.
El factor económico también es ventajoso para los funerales ecológicos. Las cifras varían según los países, las ciudades y los sistemas utilizados, pero sus defensores coinciden en que son más baratos. Eduard Vidal, director general de Mémora, calcula que cuestan un 20% menos que los tradicionales, debido a su sencillez. En 2011, el coste medio de los servicios funerarios en España ascendió hasta unos 3.700 euros. Según Vidal, la demanda de entierros «ecosostenibles» ha aumentado un 20% en 2011.
En Estados Unidos, uno de los países con mayor auge de este sistema ecológico, se estima que la mayoría de los funerales cuestan más de 10.000 dólares, mientras que un entierro ecológico cuesta 2.000 dólares o menos.
Cómo hacer un funeral ecológico
Las posibilidades para realizar un funeral ecológico son muy diversas:
Entierros «naturales»: organizaciones como Green Burial Council en EE.UU. o The Natural Death Centre en el Reino Unido practican desde hace años ceremonias en la naturaleza en las que se prescinde de los elementos «superfluos» de los funerales convencionales.
Materiales reciclados y biodegradables: los materiales convencionales se sustituyen por otros más respetuosos con el entorno. Recordatorios de papel reciclado, sistemas que filtran los elementos tóxicos de los crematorios, urnas que se disuelven en el ambiente, etc.
Recogida de los residuos procedentes de funerarias: la empresa holandesa OrthoMetals recupera y recicla los implantes y demás restos metálicos de los crematorios en una veintena de países de todo el mundo. Sus responsables aseguran haber recuperado más de 200 toneladas y los beneficios obtenidos se destinan a varias ONG. En España el grupo ASV Servicios Funerarios colabora con esta iniciativa ecológica y solidaria.
Traslado ecológico del difunto: la empresa Limbo propone «No+Zinc», una bolsa elaborada con varias capas de algodón y bioplástico y sin zinc. Este metal, nocivo para la salud y el medio ambiente, se utiliza en el revestimiento convencional a la hora de trasladar a los difuntos.
Urnas y ataúdes ecológicos: los materiales y modelos son cada vez más variados, como el cartón reciclado de la empresa española Restbox, el bambú de Natural Death Centre, el mimbre de la Somerset Willow, el papel reciclado o la «semilla – ataúd» de Ecopod, la urna maceta con cáscara de coco, turba y semilla de la empresa catalana Urna Bios, las urnas de sal o arena de la empresa mejicana Inmemoriam, etc. Los más tradicionales pueden elegir féretros de madera, pero certificada con el sello FSC, pintados con tintes al agua en vez de barniz, sin herrajes metálicos, etc.
Procesos funerarios alternativos: hay una gran variedad de sistemas que pueden utilizarse. La incineración solar, empleada en la India por los hinduistas; la promación de la empresa sueca Promessa Organic que mediante nitrógeno líquido y vibraciones transforma al difunto en un polvo aprovechable como abono para plantas (compost); la resomación o hidrolísis alcalina de la empresa Resomation, que usa un disolvente reciclable para convertir los huesos en polvo; etc.