Las autoridades inglesas han aprobado un plan para incentivar a los ciudadanos a instalar colmenas en sus viviendas. El objetivo principal que se persigue con esta medida es frenar la drástica disminución de la población de abejas.
Según las cifras oficiales, las colonias de estos himenópteros se han reducido entre un 10% y un 15% en Gran Bretaña durante los dos últimos años. Sin embargo, ésta es una tendencia generalizada a nivel mundial, que pone de manifiesto una realidad preocupante, ya que las abejas son uno de los más importantes indicadores de equilibrio ambiental dada su acción polinizadora. Para intentar frenar esta caída, Natural England (la agencia pública que asesora al gobierno británico en materia medioambiental) ha presentado una nueva colmena de plástico diseñada para su instalación en la ciudad. Este nuevo modelo ha sido bautizado como «beehaus» y cuenta con un tamaño mayor que el de las colmenas ordinarias. Según apuntó la agencia inglesa, con una sola hora de atención semanal en verano, la «beehaus» permite recolectar hasta 50 tarros de miel.
El jefe del equipo científico de Natural England, Tom Tew, apuntó que la presencia de abejas en las ciudades podría resultar muy beneficiosa, ya que ayudaría al incremento de esta población de insectos y al fortalecimiento de la especie frente a las enfermedades y plagas que la amenazan. «No hay ninguna razón para que nuestras ciudades sean desiertos de flora y fauna», agregó Tew, «sólo hay que diseñar nuestras áreas urbanas pensando en la naturaleza».