Greenpeace ha alertado de que los incendios de gran magnitud -aquellos que superan las 500 hectáreas- que están asolando estos días España se van a convertir en algo habitual, «ya que las condiciones climáticas hacen casi imposible la labor de los equipos de extinción».
Según los datos de la organización ecologista, «el perfil de los incendios está variando y si bien las mejoras producidas en las labores de extinción hacen que haya disminuido la extensión quemada, las hectáreas que son pasto de los fuegos de gran intensidad suponen hasta dos terceras partes del total».
Greenpeace señala que desde principios de los años 90 se puede apreciar la presencia de un tipo de incendio que arrasa grandes superficies de terreno, cuya virulencia y poder destructivo es muy alto debido a la intensidad del fuego, su comportamiento externo y la imposibilidad de acabar con ellos con los medios actualmente disponibles. Según la organización, numerosos estudios apuntan a que este cambio de tendencia en el perfil de los incendios está relacionado con el calentamiento global y la alteración del régimen de precipitaciones, «por lo que es de esperar que si no cambian las condiciones climáticas este tipo de incendios se convierta en algo más habitual en las estaciones secas».
Para intentar minimizar los daños ecológicos, el director de la organización, Juan López de Uralde, pide que los poderes públicos «tomen cartas en el asunto y dediquen mayores esfuerzos a la prevención de incendios, que van desde la mejor gestión de las masas forestales hasta la adopción de medidas para frenar el cambio climático».