Buceadores de Greenpeace comprobaron ayer la gran cantidad de vertidos tóxicos procedentes de las industrias situadas en la bahía de Cartagena-Escombreras. Los activistas desplegaron una pancarta bajo el agua con el mensaje «Cartagena Alarma Tóxica», junto a uno de los emisarios submarinos de la zona. Los emisarios son tuberías subacuáticas que alejan los vertidos de la costa depositándolos directamente en el mar.
La organización ecologista recuerda que el impacto que generan esos vertidos ha llevado a Naciones Unidas a señalar a Cartagena como «punto negro prioritario de contaminación» y a la Agencia Europea del Medio Ambiente a destacar la bahía y el valle de Escombreras como «Puntos de Alarma» por contaminación.
La polución química proviene tanto de las actividades portuarias como de su gran complejo industrial. El agua de los puertos de Cartagena y Escombreras y sus sedimentos se encuentran contaminados por altas concentraciones de metales pesados, cuyos límites están muy por encima de los recomendados, según Greenpeace. «El 28,9% del mercurio que se vierte directamente al Mediterráneo en España se hace desde este lugar de la Región de Murcia», afirma la ONG.
Zona de gran valor
Estos vertidos son especialmente preocupantes ya que se producen próximos a un espacio protegido de la < href="https://www.consumer.es/medio-ambiente/red-natura-2000-conservar-los-habitat-y-especies-europeos.html">Red Natura 2000, como es la franja litoral sumergida de la Región de Murcia, un lugar de importancia comunitaria por sus valores marinos.
«Es imprescindible, por lo tanto, realizar un estricto control de los vertidos industriales en el puerto y tener especial cuidado en las operaciones de dragado para la gestión posterior de esos sedimentos extraídos, que nunca deberían volver al mar», declaró Julio Barea, responsable de la Campaña de Contaminación de Greenpeace.
Pero los niveles de contaminación y la toxicidad de los vertidos no sólo afectan al medio ambiente. Según estudios epidemiológicos realizados a escala nacional, los cánceres de pleura, hematológicos (mieloma), laringe y pulmón en Cartagena son superiores a la media española, lo que, según la ONG, parece confirmar que las zonas industriales disparan la incidencia de tumores.
«Algunos estudios demuestran que la contaminación está desplazándose con las corrientes hacia el exterior de la bahía afectando a áreas de alto valor ecológico. Con este desarrollo industrial descontrolado, al que se le suma ahora otro tentáculo portuario en El Gorguel, estamos hipotecando no sólo nuestro medio ambiente sino nuestra salud. El mar no es un basurero y las administraciones públicas deberían asegurar que no se utiliza como tal», apuntó Barea.