Greenpeace ha publicado la primera base de datos global de barcos pesqueros implicados en actividades ilegales, que recopila información con la que hacer frente al problema de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Según la organización ecologista, esta práctica cuesta a los pescadores legítimos 9.000 millones de dólares cada año y tiene un impacto devastador sobre las poblaciones de peces y la biodiversidad de mares y océanos de todo el mundo.
Con esta lista, Greenpeace pretende exponer públicamente a las embarcaciones involucradas en lo que se conoce como «pesca pirata», y denunciar la falta de acción por parte de los gobiernos a la hora de prevenir estas actividades ilegales.
«El hecho de que Greenpeace haya publicado esta base de datos es una muestra de la falta de acción por parte de la comunidad internacional a la hora de detener el pillaje de nuestros océanos», señala Sari Tolvanen, de Greenpeace Internacional. «Es necesario -añade- que un organismo internacional se ocupe de centralizar la información disponible sobre los buques pesqueros existentes, tanto con licencia para pescar como sin ella. Hasta que esto suceda, será muy difícil poner fin al saqueo sistemático de los recursos marinos».
La pesca pirata tiene además un enorme impacto sobre los países más pobres del planeta. Los ecologistas advierten de que la falta de medios en los países de África occidental para patrullar sus aguas los convierte en presa fácil de las flotas que operan ilegalmente y sin respetar las normas de gestión de los recursos.
Para atajar este problema, Sebastián Losada, de la Campaña de Océanos de Greenpeace, apuesta por la cooperación internacional, la puesta en marcha de medidas de obligado cumplimiento para el control en los puertos, la elaboración de un registro global de buques pesqueros, y la creación de un régimen de sanciones adecuado. «De esta manera, podremos luchar contra flotas que están literalmente robando el alimento de algunas de las comunidades más pobres del planeta y destruyendo nuestros ecosistemas marinos», apunta Losada.