Las ciudades son cada vez mayores, y se han convertido en el hábitat humano por excelencia. El proceso de urbanización se manifiesta no sólo en los países desarrollados, sino también en los subdesarrollados, donde se concentra la población en condiciones de máxima precariedad, al margen del acceso a infraestructuras básicas. En la actualidad existen más de 250 ciudades en el mundo por encima del millón de habitantes, de las cuales muchas de ellas rebasan ampliamente los 10 millones, e incluso algunas los 20 millones, como Sao Paulo o México DF.
Cada vez son más los expertos que apuntan a las ciudades como la principal fuente de la mayor parte de los daños ambientales que existen en la actualidad, puesto que modifican fuertemente su entorno, generando desequilibrios que, a medio o largo plazo, terminan por empeorar la salud y el bienestar social. De ahí que los investigadores en este campo lleguen a considerar que en las próximas décadas este modelo de metrópolis entrará en crisis. En este sentido, la degradación de las condiciones de habitabilidad de las ciudades y su entorno, el deterioro del agua, el mar y el suelo y, en general, la pérdida de calidad de vida obliga a una profunda reflexión y a actuar en consecuencia.
Medidas institucionales
Desde las instituciones se están tomando varias medidas para tratar de contrarrestar esta situación. En Europa, donde se encuentran muchos de los países y regiones con mayores niveles de desarrollo económico mundiales, la Comisión Europea ha recogido diversas iniciativas, tanto de asociaciones de municipios como del propio Parlamento Europeo y del Comité de Regiones, de cara a mejorar la habitabilidad de las ciudades y a incrementar la eficacia de las intervenciones que afectan a las zonas urbanas.
Asimismo, los países pertenecientes a Naciones Unidas aprobaban en la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro en 1992 la denominada Agenda 21, en la que se establecían las bases para la construcción de ciudades sostenibles que desde el ámbito local contribuyesen a conseguir la sostenibilidad global. En el caso europeo, la Agenda 21 se definió en la denominada Carta de Aalborg de la Conferencia Europea de Ciudades y Poblaciones Sostenibles, celebrada en Aalborg, Dinamarca, en 1994. Mediante la Agenda 21 Local, las autoridades locales trabajan con todos los sectores de la comunidad local para trazar los planes de acción a largo plazo.
Origen de la contaminación en las grandes urbes
Transporte. Entre los grandes causantes de la contaminación ambiental y origen de problemas de convivencia social destaca la utilización masiva de los automóviles. El transporte representa el 11% de las emisiones de CO2 a la atmósfera, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), contribuye a las emisiones de gases de invernadero y a la destrucción de la capa de ozono y es, junto con las centrales termoeléctricas de carbón, la principal causa de las lluvias ácidas, debido a la emisión de óxidos de nitrógeno y de dióxido de azufre. Además del daño medioambiental, estas emisiones producen daños en la salud de los ciudadanos. Según una estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) «80 mil adultos de más de 35 años mueren cada año en las ciudades europeas a causa de la contaminación producida por los coches.»
En particular, la utilización de coches para uso privado representa el 83% de todas las emisiones de CO2 procedentes de transporte, proporción que aumenta en áreas urbanas, según datos del Ministerio de Medio Ambiente. Desde la asociación World Watch se advierte de que el modelo norteamericano, donde prácticamente cualquier persona posee y utiliza un vehículo privado, no es viable, y su seguimiento por parte del resto del mundo conlleva a una crisis ambiental irreversible. «Si las emisiones actuales se multiplicasen por siete, que es lo que supondría la extensión del modelo norteamericano y de la Europa rica, la vida sería imposible. Incluso con el escenario más realista, que no el mas justo- donde los países del Sur siguen siendo pobres excepto una pequeña élite, y los del Norte ricos excepto una minoría de pobres cada vez mayor- con un incremento anual del parque de turismos en 10 millones de unidades y de 5 millones el de autobuses y camiones, el número de vehículos llegaría a 1.000 millones en el año 2030», señalan desde World Watch.
En España, a finales de 2004 se podían contar más de 26 millones de vehículos de motor matriculados, los cuales, según el «Programa Europeo de Pruebas de Emisiones» producen al año unas 50 toneladas de CO2. Estas cifras superan la media de emisiones tóxicas del resto de Europa, una realidad que desde el Ministerio de Medio Ambiente se considera como «muy preocupante».
Además de los gases emitidos, otra fuente importante de problemas de habitabilidad en las ciudades es la contaminación acústica, causada también principalmente por el tráfico. Según datos de World Watch, del 40 al 80% de la población de los países llamados desarrollados (OCDE) vive en zonas con mas de 55 decibelios, cifra que ya se considera como ruido desagradable, y entre el 7 y el 42% de la población (más de 130 millones de personas) vive en zonas con niveles considerados inaceptables, con ruidos superiores a los 65 decibelios. España es el segundo país del mundo industrializado, sólo superado por Japón, en niveles de ruido.
En definitiva, las ciudades deben cambiar hacia otro modelo de habitabilidad. Los expertos consideran que el planeamiento urbanístico y territorial debe ir encaminado a promover la proximidad, la ciudad densa y multifuncional con mezcla de actividades accesibles (viviendas residenciales, oficinas, comercios, equipamientos y guarderías) con transporte público, en especial con el uso de tranvías, y con equipamientos adecuados, además de atender a las necesidades personas con movilidad reducida.