La central nuclear de Ascó (Tarragona) ha descubierto la presencia de partículas radiactivas tanto en el exterior como en el interior de la planta. No obstante, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha asegurado que no hay riesgo porque los niveles detectados están «muy por debajo de los límites establecidos».
En concreto, las partículas se han descubierto en la unidad I, en la terraza de los edificios de combustible, auxiliar, de control, de turbinas, y en zonas adyacentes. Tras el hallazgo, los responsables de la planta avisaron al CSN, quien desplazó un equipo de inspectores hasta la misma.
La central ha incrementado la vigilancia en el interior y ha peinado las zonas exteriores en la dirección de los vientos dominantes. Probablemente, las partículas procedan del sistema de extracción y filtración de aire del edificio de combustible. Este sistema se contaminó durante las operaciones de limpieza al finalizar la recarga de combustible de la unidad I en noviembre pasado.
La radiactividad de las partículas encontradas apunta a que la cantidad de actividad vertida al exterior fue «reducida» y, en la situación más desfavorable, daría lugar a dosis «muy por debajo de los límites legales establecidos» para los trabajadores, la población y el medio ambiente.
>Niveles de radiactividad
Desde Ascó se indica, tal y como informa el CSN, que la hipótesis «más probable» sobre la procedencia de las partículas está en el sistema de extracción y filtración de aire del edificio de combustible. «Dicho sistema resultó contaminado durante las operaciones de limpieza al finalizar la recarga de combustible de la unidad I en noviembre de 2007».
Según informó la central, se encontraron partículas que contenían 0,00001 curios. En cambio, los ecologistas aseguran tener «fuentes fiables» que afirman que esa cantidad fue de 5 curios, es decir, quinientas mil veces mayor.
Greenpeace, denuncia, sin embargo, que los niveles de radiactividad detectados «son importantes» -por lo menos cinco curios, de cobalto, manganeso y otros elementos-. A su juicio, este suceso supone un fracaso del Plan de Vigilancia Radiactiva (PVRA) de Ascó y de la Red de Vigilancia Radiactiva Ambiental (REVIRA) del CSN.
La organización Ecologistas en Acción también sospecha que la magnitud del incidente de Ascó I es mucho mayor de lo que afirma la central. Los ecologistas acusan a la central nuclear de «callar y ocultar», ya que este incidente tiene su origen en noviembre de 2007. «Si esto ocurrió hace seis meses, se tendría que haber comunicado entonces», explicó el portavoz de Ecologistas en Acción, Jaume Morrón.
Por estos motivos, los conservacionistas consideran «imprescindible» que el CSN facilite un mapa de contaminación que contraste la cantidad de radiación encontrada con la que dice la central nuclear, y que explique hasta donde han podido llegar las partículas. Los ecologistas también hicieron una llamada a la reflexión sobre la situación de la industria nuclear en España y pidieron una modificación del régimen sancionador.
Probablemente las partículas proceden del sistema de extracción y filtración de aire del edificio de combustible, que resultó contaminado en noviembre de 2007
Por su parte, el responsable de comunicación de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós, Francisco Moragas, aseguró que los trabajos de investigación por parte de los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear continúan, pero que ayer «no se encontró ninguna nueva partícula radiactiva en el exterior de la central», por lo que hoy mismo «podrían dejar de peinar la zona».
En respuesta a las afirmaciones de los ecologistas, Moragas afirmó: «las partículas sólo las hemos encontrado nosotros, no Ecologistas en Acción ni Greenpeace, por lo tanto sabemos perfectamente la cantidad que se ha dispersado» y reiteró que en ningún caso las partículas habrían salido de la zona acotada del recinto de la central nuclear.
