La temporada de huracanes se encuentra ahora en su momento de más intensidad. Es uno de los peligros naturales más espectaculares y que origina grandes efectos catastróficos y pérdida importante de vidas humanas allí donde afecta. Por ello conviene conocerlos bien, sobre todo si se reside en la zona donde se producen o se tiene la intención de viajar allí. ¿Son cada vez más dañinos y numerosos? ¿Dónde y cuándo hay más? ¿Cuáles son los más fuertes? Son algunas de las cuestiones que explica este artículo sobre los huracanes.
1. ¿Los huracanes son cada vez más dañinos y numerosos?
Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante (UA), señala que el número de peligros naturales no se ha incrementado de forma significativa en las últimas décadas. Sin embargo, los efectos económicos y sociales catastróficos sí lo han hecho, «porque los seres humanos han aumentado el riesgo, debido a actuaciones imprudentes sobre el medio natural, como la ocupación de áreas litorales y de espacios de desembocadura de ríos (deltas, estuarios)», apunta el experto.
La aparición de huracanes este año se ha retrasado en una temporada que se suponía muy activa, señala un expertoJosé Miguel Viñas, meteorólogo y autor de la web de divulgación Divulgameteo, explica que el número de huracanes varía cada año: «Hay unos ciclos periódicos que marcan los años de mayor y menor actividad. Sí parece registrarse últimamente el aumento de la proporción de majors (huracanes de categoría 3 o superior)».
En cualquier caso, son fenómenos complejos con comportamientos muy difíciles de predecir en plazos más o menos dilatados. Así lo recuerda el meteorólogo Ángel Rivera en su blog, donde destaca el «inesperado retraso en la aparición de huracanes en el Atlántico en la temporada de este año que, en principio, se suponía muy activa».
2. ¿Dónde y cuándo hay más huracanes?
Los huracanes se forman en zonas tropicales, por lo general en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, el Golfo de México y el Mar Caribe. España está fuera de su alcance, pero no se libra de otros fenómenos naturales similares, como tornados, o de forma más esporádica, de ciclones de latitudes medias.
Agosto y septiembre son los meses de más intensidad de los huracanes, si bien su temporada se extiende de junio a noviembre. En algunos lugares, como la zona occidental del Pacífico, se producen huracanes todo el año.
3. ¿Cuáles son los huracanes más fuertes?
Los huracanes son parte del grupo de los ciclones tropicales. Según la fuerza del viento, un ciclón puede ser una depresión tropical, con vientos de hasta 62 kilómetros por hora (kmh), o una tormenta tropical, con vientos máximos de entre 62 y 117 kmh. Al sobrepasar los 117 kmh se habla ya de huracanes, que se clasifican con la escala Saffir-Simpson. Este sistema, creado en 1969, diferencia cinco categorías en función de la velocidad de los vientos y sus efectos en el entorno:
- Categoría 1, con vientos de 119 a 153 kmh.
- Categoría 2, con vientos de 154 a 177 kmh.
- Categoría 3, con vientos de 178 a 209 kmh.
- Categoría 4, con vientos de 210 a 249 kmh.
- Categoría 5, con vientos mayores de 250 kmh. Esta categoría es por tanto la más peligrosa, relacionada con importantes inundaciones y destrucción masiva de edificios e infraestructuras.
4. ¿Cómo se forman los huracanes?
Jorge Olcina explica que, aunque la formación precisa de un ciclón tropical -huracán- es todavía una incógnita, sí se saben los factores que propician su génesis. Los huracanes se forman sobre superficies oceánicas con temperatura alta (por encima de 27 ºC) y a favor de líneas de cizalla de vientos características del ámbito intertropical. Ello da lugar a una espiral de vientos y nubosidad que incrementa de forma progresiva su fuerza, al tiempo que se desplaza en la dirección de los vientos alisios de cada hemisferio. Se origina así una borrasca tropical que, si gana intensidad, se convierte en una tormenta tropical y, al final, un ciclón tropical con abundante nubosidad, fuertes vientos y precipitación intensa. En los ciclones tropicales es frecuente la formación de un núcleo central (el ojo del huracán), donde la presión es bajísima y desciende aire de la estratosfera que contribuye a realimentar su propia estructura. Gracias al calor y aporte de humedad del mar, los vientos alisios del este y su propia energía, los huracanes pueden durar más de una semana en mar abierto y recorrer grandes extensiones oceánicas.
Al acercarse a tierra, un huracán típico produce diversos efectos: oscurecimiento del cielo, fuertes vendavales, formación de «olas de ciclón» con subida del nivel del mar y taponamiento de la desembocadura de los ríos, lluvias torrenciales e inundaciones en un área de varios cientos de kilómetros y en algunas ocasiones, brotes de tornado. Tras alcanzar suelo firme comienza su declive, al no haber suficiente aporte de humedad e incrementarse el rozamiento.
5. ¿Cómo protegerse de un huracán?
Los expertos en desastres naturales recomiendan tener en cuenta los riesgos y prevenir. Lo idóneo sería evitar construir asentamientos humanos en las zonas de más riesgo. Si no es posible, al menos levantar y reforzar de forma adecuada las viviendas y otras infraestructuras. Se deberían aplicar normas de edificación con una especial resistencia a vientos e inundaciones. En algunos países se han construido refugios «anti-huracanes» donde se concentra la población en caso de alerta. Además, se deberían utilizar determinados elementos, como contraventanas sobre cristales expuestos o correas para sujetar el techo. Elementos urbanos como ramas muertas o débiles de los árboles, o cualquier otro que pudiera soltarse con facilidad, deberían estar bajo control para evitar que pudieran arrancarse.
La planificación previa es esencial para reducir daños materiales y humanos. Las autoridades deberían desarrollar un plan de evacuación y posterior recuperación. Los ciudadanos deberían tener víveres y suministros para emergencias. Se recomienda cerrar el gas, la electricidad y el agua, y organizarse para reunirse de nuevo en caso de separarse del grupo. También se puede pedir a un pariente o amigo de fuera que actúe de contacto.
6. ¿Qué nombres reciben los huracanes?
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) utiliza desde 1953 una lista anual de veintiún nombres en orden alfabético que aplica a los huracanes cuando se detectan. Esta lista es distinta en cada zona de observación y seguimiento de los ciclones tropicales (Atlántico norte, Pacífico norte, Pacífico sur, océano Índico). El nombre se respeta, a excepción de los huracanes especialmente devastadores. En estos casos, los países afectados pueden pedir sustituirlo por otro que comience con la misma letra. Así, se han retirado nombres como Hugo o Mitch, que no podrán utilizarse hasta que pasen, al menos, diez años. Los nombres masculinos no se introdujeron hasta 1978.
Andrea ha sido el primer huracán de 2013, formado el 5 de junio. El resto de nombres de esta temporada es Barry, Chantal, Dorian, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Ingrid, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, Nestor, Olga, Pablo, Rebekah, Sebastien, Tanya, Van y Wendy.