Combatir el cambio climático es una urgencia que nos atañe a todos. Instituciones, gobiernos y empresas deben liderar esta lucha, pero nosotros, como ciudadanos, debemos y podemos contribuir con gestos responsables. ¿Cómo? Basta con cambiar nuestros patrones de consumo en casa y en el trabajo. «Todos y cada uno de los seres humanos del mundo, hasta los más indiferentes y perezosos, forman parte de la solución», expone Naciones Unidas.
Tan claro lo tiene esta organización, que hasta ha editado una ‘Guía de los vagos para salvar el mundo’, donde se recopilan una serie de acciones diarias que se pueden incorporar sin ninguna dificultad a nuestra rutina. Son labores simples, que apenas requieren esfuerzo y que incluso podemos hacer desde el sofá de nuestra casa. Gestos que parecen poca cosa pero que ayudan al medio ambiente y, además, repercuten (para bien) en nuestro bolsillo.
Ideas prácticas para ser más sostenibles
- 1. Para ahorrar electricidad (y evitar emisiones contaminantes), es suficiente con enchufar los electrodomésticos, incluso el ordenador, en una regleta y desconectarlos por completo cuando no se utilicen. Esto incluye apagar las luces si ya hay suficiente luminosidad en la habitación, como cuando estamos viendo la tele.
- 2. Para evitar el derroche de agua, lo idóneo es ducharnos entre 5 y 10 minutos. Cuando pongamos una lavadora, debemos asegurarnos de que la carga está completa. Y si utilizamos lavavajillas, no enjuagar los platos antes de meterlos en la máquina.
- 3. Comer menos carne y pescado, congelar los productos frescos y las sobras antes de que se estropee la comida y utilizar los restos de alimentos como abono orgánico.
- 4. Siempre que sea posible, reciclar materiales de papel, plástico, vidrio y aluminio. Y acercarse hasta un punto limpio para deshacerse de otros materiales contaminantes como pilas, aceite, bombillas, cartuchos de tinta, materiales eléctricos, muebles…
- 5. Desplazarse siempre que se pueda a pie, en bicicleta o en transporte público. Los vehículos con motor de combustión (diésel o gasolina) provocan gran cantidad de gases de efecto invernadero, así que es mejor evitarlos en la ciudad. También es importante mantener el coche en buen estado, ya que contaminará menos.
- 6. Una de las medidas más efectivas para aumentar la eficiencia energética de nuestra vivienda es aislar las ventanas y las puertas. También es eficaz ajustar el termostato de la calefacción (más bajo en invierno y más alto en verano), sustituir los electrodomésticos por nuevos modelos que aporten un consumo energético más eficiente e instalar bombillas de tipo led.
- 7. Adquirir productos locales, ya que así se reduce el uso de medios de transporte como camiones y aviones. Es importante planificar bien las compras: saber bien qué necesitamos y ceñirnos exactamente a eso. Otra recomendación: no dudemos en adquirir las frutas de aspecto feo o raro, pues son piezas que están en perfecto estado y que pueden acabar en la basura simplemente por una cuestión de estética.
- 8. Para reducir los desechos, siempre es mejor emplear una botella de agua y una taza de café reutilizables. Lo mismo sucede con las bolsas de la compra: olvidémonos ya de las bolsas de plástico y usemos nuestras propias bolsas reutilizables de tela.
- 9. Las cosas nuevas no tienen por qué ser las mejores. Hay numerosos objetos, como la ropa, los libros o los muebles, que pueden tener una segunda vida y volverse a utilizar. Para eso están las tiendas de segunda mano. Otra buena idea es donar todo lo que ya no utilicemos en casa a organizaciones benéficas o colectivos necesitados.
- 10. No todas las empresas son iguales. Cada vez más negocios aplican prácticas sostenibles en su actividad comercial y no dañan el medio ambiente. ¿Por qué no priorizar la compra en este tipo de establecimientos?
Estas son, en definitiva, acciones a priori insignificantes que cuesta muy poco hacer y cuyas consecuencias nos benefician a todos, empezando por nosotros mismos. Porque en nuestra mano está garantizar el futuro de las generaciones que vienen.