La contaminación acústica cada vez está más controlada y sancionada en España. Sin embargo, los afectados por el ruido del tráfico aéreo se consideran más desprotegidos ante unas leyes más permisivas para los aeropuertos. Este artículo explica las principales características del ruido por el tráfico aéreo, de qué manera afecta a la salud y el medio ambiente y cómo combatirlo.
Ruido por el tráfico aéreo: principales características
La ley permite a los aeropuertos comerciales (los militares se rigen por normas propias sin evaluación de impacto ambiental) unos valores límite de ruido más elevados que para cualquier otra actividad. «Un ruido persistente en la madrugada, con mediciones de entre 43,4 y 57,3 decibelios (dB), ha supuesto condenar en Murcia a una alcaldesa y al dueño de un local, mientras que un ruido muy superior de un aeropuerto es legal», explica María Ángeles López Lax, abogada, secretaria y asesora legal de la Asociación Nacional de Afectados por el Impacto del Tráfico Aéreo (ANAITA). Según esta experta, los valores máximos de ruido de avión percibidos por los afectados suelen oscilar entre 55 dB y 85 dB, aunque en ocasiones pueden superar los 90 dB.
El ruido de los aeropuertos aumenta las enfermedades coronarias, según un estudio de la Comisión EuropeaAdemás, a los aeropuertos no se les aplica el régimen de cualquier actividad comercial, y no les afectan las normas de comunidades autónomas o ayuntamientos, más restrictivas frente al ruido. «Son verdaderas servidumbres de paso, sin derecho a compensación directa a los afectados en nuestro país, aunque no en otros», asegura López Lax.
La medición del impacto acústico de los aeropuertos se basa en valores medios. Según los afectados por estas infraestructuras, así no se refleja el verdadero problema, porque es un ruido discontinuo, de manera que la media se reduce de forma considerable. La ley permite utilizar valores máximos, pero en España no se usan.
En otros países de nuestro entorno los afectados pueden participar en las decisiones de desarrollo de los aeropuertos. En el de Viena se pactó a través de la mediación no ampliar una nueva pista a cambio de aumentar el tráfico en otra.
En cuanto a las personas afectadas, se desconoce el número exacto, que podría ser mayor del que señala el sistema de información sobre contaminación acústica (SICA), del Ministerio de Medio Ambiente (MAGRAMA), ya que hay zonas que no se reconocen como afectadas.
Cómo afecta el ruido de aeropuertos
El ruido de los aeropuertos suele afectar a urbanizaciones o núcleos urbanos periféricos. El problema se agrava porque el ruido de fondo es muy bajo, y el de los aviones se nota más. Por otra parte, no se sabe cuándo ni cuánto se producirá. Diversos estudios señalan los efectos negativos en la salud:
- Un informe reciente de la Comisión Europea relaciona de forma directa el ruido nocturno del transporte aéreo con el aumento de enfermedades coronarias.
- Un estudio epidemiológico sobre el ruido nocturno del aeropuerto de Colonia-Bonn concluía que, según la intensidad, se incrementa la cantidad de medicamentos recetados para la hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares. Según este trabajo, el ruido de vuelos nocturnos afecta mucho más que el diurno y más a las mujeres que a los hombres.
- Las Guías para el Ruido Urbano de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya indicaban en 1999 que el ruido urbano en general provoca deficiencia auditiva, trastorno del sueño y reposo, efectos psicofisiológicos sobre la salud mental, el rendimiento o el comportamiento, entre otros.
- Estudios llevados a cabo por Eduard Estivill, especialista en trastornos de sueño, señalan que los afectados pasan de una fase profunda del sueño a otra en la que no descansan. La defensa frente a enfermedades disminuye y puede producir enfermedades metabólicas.
En cuanto a los efectos ambientales, hay pocas investigaciones. Por ejemplo, se ha estudiado el impacto en la producción de vacas cercanas a aeropuertos y las consecuencias en la comunicación de ciertas especies de pájaros, además de las frecuentes colisiones de aviones con aves.
Cómo combatir la contaminación acústica de los aeropuertos
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) recomienda diversas medidas para reducir la contaminación acústica de los aeropuertos, como diseñar motores y técnicas de navegación menos ruidosas, impedir la construcción de viviendas en zonas cercanas y en todo caso mejorar su aislamiento acústico o regular los horarios o el uso de las pistas.
No obstante, López Lax subraya que la única forma de luchar contra este problema es realizar denuncias formales y escritas, de manera individual o a través de asociaciones. La página web de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) ofrece un formulario donde realizar quejas.
En Europa, las reivindicaciones ciudadanas llevan más de tres décadas, como las de la Unión Europea contra el ruido de avión (UECNA). La iniciativa ciudadana europea «Taming Aviation» propone al Parlamento Europeo impedir el crecimiento del tráfico aéreo con privilegios que no se justifican.
En España, la sensibilización es más reciente, según la portavoz de ANAITA, aunque ya se han logrado algunos resultados positivos. La urbanización de Santo Domingo, en Algete (Madrid), no era considerada afectada, pero sus vecinos consiguieron en 2008 que el Tribunal Supremo condenara a AENA a adoptar medidas para el cese del ruido y a indemnizar a cinco vecinos con 6.000 euros a cada uno. Los gestores del aeropuerto del Prat – Barcelona tuvieron que aceptar soluciones técnicas ideadas por las asociaciones vecinales y de afectados. «Si no te quejas, no te consideran afectado, y es la única forma de que se tenga en cuenta la afección real de los aeropuertos», apostilla López Lax.