Los investigadores del proyecto «Macaronesia 2000» han descubierto, en seis años de trabajo, «casi 50 nuevas especies para la ciencia y otras 15 que aún se encuentran en periodo de estudio», según manifestó ayer el director del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife y coordinador del proyecto, Juan José Bacallado.
Esta iniciativa, centrada en el estudio de la biodiversidad marina y terrestre de los archipiélagos macaronésicos de Azores, Madeira, Islas Salvajes, Canarias y Cabo Verde, surgió de un conjunto de proyectos que realizaban de forma independiente distintos investigadores, por lo que se decidió unificar en uno todas las áreas de investigación, explicó Bacallado.
Asimismo, apuntó que entre los objetivos de este proyecto destacan el de preservar los enclaves de las Islas, sobre todo los que están teniendo un desarrollo incontrolado, y conocer cuáles son las zonas con especies en peligro de extinción e identificar así «los puntos calientes de los enclaves».
Los resultados de este proyecto se comunicaron en una rueda de prensa en la que participaron el propio Bacallado, el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, la presidenta del Organismo Autónomo de Museos, Fidencia Iglesias, y el director general de Política Medioambiental del Gobierno de Canarias, Juan Carlos Moreno.
El equipo de investigación de «Macaronesia 2000» está compuesto por casi cuarenta personas entre investigadores y colaboradores que trabajan todavía bajo la coordinación del director del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife.
Entre los investigadores se encuentran especialistas en geología, paleontología, biología marina, botánica u ornitología. También colaboran en este proyecto biólogos de la Universidad de La Laguna, de la de Murcia, Las Palmas de Gran Canaria y de Oviedo.
Objetivo principal
Fidencia Iglesias dijo que el objetivo principal de «Macaronesia 2000» es el «conocimiento riguroso de la realidad biogeográfica de los archipiélagos macaronésicos y buscar sus afinidades y diferencias para así tratar de proteger especies que en unas Islas como Canarias, son especialmente vulnerables y necesitan protección».
Además, resaltó que este proyecto todavía no ha concluido y que en los últimos años diversas instituciones han invertido alrededor de 160.000 euros para continuar trabajando en la «conservación de nuestro territorio y de nuestro medioambiente».
Pérdida de la biodiversidad
En relación a la situación actual de la biodiversidad en el archipiélago canario, Bacallado destacó que cada vez «va a menos» porque, aseguró, «tenemos un desarrollo desmesurado y el crecimiento demográfico influye en la conquista del territorio por lo que se están destruyendo algunos espacios naturales».
El director del Museo tinerfeño puso como ejemplo la localidad de Granadilla de Abona, al sur de Tenerife, en donde se va a construir un puerto que provocará «la pérdida de mucha fauna marina «.
Por último, Bacallada señaló que el desarrollo sostenible ya «ha desaparecido de muchas islas como Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura en las que el desarrollo significa frenar y no tocar nada más, sino dejarlo así».