El proyecto de investigación europeo Terrafirma ha permitido crear un nuevo sistema que mide los movimientos del terreno a través del análisis de imágenes de satélite radar. El nuevo dispositivo mejora las técnicas de detección de colapsos, movimientos del terreno, terremotos, actividad volcánica e, incluso, de movimientos glaciares. Esto redundará en una mayor eficacia para articular planes de prevención asociados a estos peligros geológicos.
En el proyecto Terrafirma participan investigadores de 29 países. El equipo español está representado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Instituto de Geomática y una empresa privada. En lo que se refiere a España, las pruebas se realizaron dentro del área metropolitana de Murcia y en el Valle de Tena (Huesca). «En Murcia hemos comprobado cómo la tasa de deformación del terreno ha aumentado desde que se inició el periodo de sequía en 2004», indica Gerardo Herrera, investigador del IGME. Se ha confirmado la relación directa entre el asentamiento del terreno en superficie y la disminución del nivel de las aguas subterráneas en la zona, y se ha cuantificado esta deformación.
En el Valle de Tena (Huesca), el análisis de las imágenes radar satélite que se tenían desde 1995 ha permitido observar la evolución en el espacio y el tiempo de los movimientos de ladera que habían sido previamente estudiados por el IGME. Los investigadores han comprobado que el deslizamiento de Portalet, reactivado tras la construcción de un aparcamiento en la estación de esquí de Formigal, muestra actividad, aunque es controlada y supervisada de forma adecuada.
«Las infraestructuras creadas por el individuo son susceptibles de sufrir desplazamientos horizontales o verticales, pero con estas técnicas pueden ser controladas de manera eficiente y con unos costes económicos y muy competitivos en comparación con las técnicas clásicas», afirma Herrera. Mientras que los sistemas tradicionales miden puntos «discretos» que se colocan sobre el terreno, las imágenes de satélite radar permiten obtener información de cientos de miles de puntos con una precisión milimétrica. El sistema compara imágenes radar adquiridas por los satélites, cada 11 ó 35 días, y permite evaluar, de una manera rápida y a bajo coste, la existencia de movimientos del terreno que puedan representar un peligro.
Las investigaciones realizadas han servido para validar este sistema, profundizar en el conocimiento de los mecanismos que controlan los peligros geológicos estudiados y mejorar los modelos de predicción de los mismos. Este nuevo dispositivo mejora y complementa la capacidad de medición de los sistemas tradicionales y, por tanto, el desarrollo y planificación de planes de prevención capaces de reducir el impacto sobre personas e inmuebles de este tipo de riesgos.